El país suramericano ha enviado cargamentos de petróleo durante años para amortizar la deuda que en 2020 asciende a más de la mitad de su presupuesto nacional.
China otorgó más de $ 68,000 millones en préstamos a Venezuela. El dinero debía haberse dedicado a obras para mejorar la infraestructura y promover el desarrollo. Pero no fue así.
Los frutos de esa inversión no son visibles en ningún lado. Los únicos rastros de la cuantiosa inversión se encuentran en la corrupción y el detrimento de la democracia.
Un informe de Transparencia Internacional determino que los más de 470 acuerdos de cooperación entre China y el régimen chavista se ejecutaron en la más estricta opacidad. Ni las Asamblea Nacional ni el público general pudieron ejercer contraloría sobre los mismos.
Ese hermetismo era una de las condiciones exigidas por China para otorgar los financiamientos.
Eso facilitó que Hugo Chávez, y luego Maduro, manejaran los recursos con total discrecionalidad. Venezuela hoy mantiene una voluminosa deuda con China y es prácticamente imposible decir hoy en día como fue utilizado el dinero.
Los acuerdos firmados entre los dos países contemplan proyectos en las áreas de petróleo, telecomunicaciones, minería y defensa, entre otras.
Mercedes De Freitas, de la dirección Ejecutiva de Transparencia Venezuela, describió que muchas de las empresas binacionales creadas para esos proyectos ya no existen.
Las que quedan operan con un mínimo de actividad, agregó.
El desarrollo de un tren bala es un ejemplo de los proyectos malogrados por la corrupción y que se financiaron con dinero proveniente de China. (Foto: AP Foto/Ariana Cubillos)
De acuerdo con datos extraoficiales, Venezuela todavía le debe a China, unos 16.721 millones de dólares. Ese monto equivale a un 57% del presupuesto nacional para el 2020, dijo Transparencia Venezuela.
Una de las inversiones más costosas fue un petrolera conjunta Sinovensa. $ 7.000 millones desde que fue creado en el 2008, sin que en ningún momento llegara a alcanzar sus metas de producción.
Venezuela gastó otros $ 19,600 millones en 15 grandes proyectos que tenían como propósito mejorar las condiciones del servicio de agua, el suministro eléctrico y el transporte público. Todo ese dinero se perdió, según el informe de Transparencia.
El financiamiento chino se produjo en el marco de un programa implementado por Pekín para expandir su presencia en el terreno internacional.
El país asiático invirtió alrededor de $ 350,000 millones en 140 países con ese fin entre el año 2000 y el 2014.
“Chávez vio en China un aliado muy valioso como fuente de recursos, socio comercial en el sector energético, proveedor de servicios e insumos y un par ideológico en asuntos geopolíticos. Las autoridades de China, por su parte, procuraban, además de la seguridad energética, la proyección de sus empresas internacionales y la puesta en práctica de su proyecto de exportación de capitales ”, resaltó el informe.
China, sin embargo, introdujo una serie de condiciones para otorgar el dinero que ató a Venezuela a sus intereses políticos y económicos. Para empezar, exigió al gobierno de Caracas que solo reconociera a una sola China.
Chávez cumplió en el año 2,000 y luego cimentó en el 2007, cuando suspendió todas las licencias que tenía Taiwán en Venezuela.
Por otro lado, Pekín exigió que los proyectos que estaba financiando solo utilizará mano de obra china.
También exigió que los proyectos fuesen ejecutados por sus compañías utilizando su tecnología y productos, lo que le daba ventajas a sus entes económicos por encima de la oferta de empresas venezolanas.
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