El país suramericano ha enviado cargamentos de petróleo durante años para amortizar la deuda que en 2020 asciende a más de la mitad de su presupuesto nacional.
China otorgó más de $ 68,000 millones en préstamos a Venezuela. El dinero debía haberse dedicado a obras para mejorar la infraestructura y promover el desarrollo. Pero no fue así.
Los frutos de esa inversión no son visibles en ningún lado. Los únicos rastros de la cuantiosa inversión se encuentran en la corrupción y el detrimento de la democracia.
Un informe de Transparencia Internacional determino que los más de 470 acuerdos de cooperación entre China y el régimen chavista se ejecutaron en la más estricta opacidad. Ni las Asamblea Nacional ni el público general pudieron ejercer contraloría sobre los mismos.
Ese hermetismo era una de las condiciones exigidas por China para otorgar los financiamientos.
Eso facilitó que Hugo Chávez, y luego Maduro, manejaran los recursos con total discrecionalidad. Venezuela hoy mantiene una voluminosa deuda con China y es prácticamente imposible decir hoy en día como fue utilizado el dinero.
Los acuerdos firmados entre los dos países contemplan proyectos en las áreas de petróleo, telecomunicaciones, minería y defensa, entre otras.
Mercedes De Freitas, de la dirección Ejecutiva de Transparencia Venezuela, describió que muchas de las empresas binacionales creadas para esos proyectos ya no existen.
Las que quedan operan con un mínimo de actividad, agregó.

El desarrollo de un tren bala es un ejemplo de los proyectos malogrados por la corrupción y que se financiaron con dinero proveniente de China. (Foto: AP Foto/Ariana Cubillos)