Hungría: elecciones y referéndum LGTB

Es público que, tras la muerte del Grupo de Visegrado, en occidente sólo quedan tres naciones con valores sólidamente reflejados en mayorías electorales; dos en la UE (Hungría y Polonia) y la siempre europea y querida Rusia. Y cuando hablamos de valores, es conveniente identificar el uso que hace occidente de este término, para no caer en confusiones, máxime si nadie ha votado los “valores europeos” ni los “valores de las Naciones Unidas”, es decir la Agenda 2030 y la autodestrucción moral (y económica) de occidente. 

La hoy mayoritaria chusma occidental equipara el concepto y paquete de “valores” con todo lo que implique llenarse los bolsillos, depositar su carencia de autoestima en cualquier yo de grupo plandémico y disponer de la vida de los demás (principal característica de la psicopatía). Tal estado terminal impide ver que los valores no son matar y promover el asesinato directo de todo posible ser humano por nacer, permitir que un niño de diez años cambie de sexo pudiendo encarcelar a sus padres por negarse, o sembrar países de niños huérfanos de padre vivo porque así lo ordena la “perspectiva de género” que dicta nuestras resoluciones judiciales.

Entre su sintomatología, diariamente mediatizada sin el menor pudor, se aprecia como invierten el lenguaje para inocularnos justo lo contrario de lo que son los valores. Su “democracia” significa encarcelar a la gente en sus casas y cerrar parlamentos durante meses, hacer campos de concentración para quienes no quieran que se modifique su ADN, como se ha visto en Australia y Canadá, confiscar las cuentas bancarias de personas que ejercen su derecho fundamental de manifestación (Canadá) o robar elecciones y hasta reconocerlo después sin vergüenza alguna (EE.UU. y su conocido artículo de la revista Time). Su “solidaridad” significa matar a más de 20.000 seres humanos en el Mediterráneo cada año con el efecto llamada y el negocio de las elites globalistas en la trata de seres humanos, ya sea para traficar o saciar sus necesidades pedófilas. Su “diversidad” y su “igualdad” significan cercenar todos los derechos de la mayoría respecto de los de las minorías, y de los hombres respecto de las mujeres, para confrontar a la población entre ciudadanos de primera categoría y los nuevos parias. Y así podríamos seguir con el sistemático uso que hacen de palabras que deberían ser sagradas, como es el caso de lo que “feminismo” significaba hace décadas (igualdad en derechos y obligaciones), hoy ya hembrismo, es decir, matar al hombre en toda forma civil posible.

Pues bien, Hungría, al igual que Rusia y la hoy inquietante Polonia, por su posicionamiento con el régimen nazicraniano, siguen diciendo NO a esos valores basura de occidente. Viktor Orbán ha arrasado por cuarta vez consecutiva en las elecciones parlamentarias de Hungría, renovando dos tercios de los escaños. Ni qué decir que todos los medios sistémicos se han echado las manos a la cabeza y no han dejado de cuestionar una democracia que, sin embargo, colocaban hasta hace poco entre las más sólidas del planeta.

Además de tan buena noticia para quienes todavía disciernen entre el simple y más elemental dualismo bien-mal, ha sido impresionante lo que el pueblo húngaro le ha dicho al lobby LGTB. Estos son los resultados del referéndum sobre la implementación de medidas ideológicas de género que cuestionaba la UE respecto de Hungría (https://vtr.valasztas.hu/nepszavazas2022):

1.-“¿Apoya la realización de sesiones de orientación sexual para niños menores de edad en la educación pública sin el consentimiento de los padres?” No, 3.251.736 votos (92,34%). Sí, 269.689 votos (7,66%).

2.-“¿Apoya la promoción de tratamientos de reasignación de género para menores?” No, 3.349.240 votos (95,89%). Sí, 143.448 votos (4,11%).

3.-“¿Apoya la introducción irrestricta de contenidos sexuales a menores en los medios que afecten a su desarrollo?” No, 3.321.638 votos (95,32%). Sí, 163.048 votos (4,68%).

4.-“¿Apoya la exhibición a menores de contenido sexual sensible en los medios?” No, 3.314.359 votos (95,17%). Sí, 168.146 votos (4,83%).

Ahora bien, esas preguntas están amañadas y parece que fueron planteadas por el lobby LGTBI+CO2/2030. Basta con imaginarse qué porcentaje se hubiera dado, de concretarse mínimamente la cuestión genérica de cada una de las preguntas. Era lo mínimo, concretarlas…

1.-“¿Apoya la realización de sesiones de orientación sexual para niños menores de edad DESDE LOS CINCO AÑOS, COMO EN OTROS PAÍSES DE LA UE (A NO CONFUNDIR CON EDUCACIÓN SEXUAL, QUE SE ENTIENDE QUE NADIE ESTÁ EN CONTRA A PARTIR DEL INICIO DE LA ADOLESCENCIA) en la educación pública sin el consentimiento de los padres?”

2.-“¿Apoya la promoción de tratamientos de reasignación de género para menores A PARTIR DE LOS DIEZ AÑOS DE EDAD, COMO EN OTROS PAÍSES DE LA UE, Y PUDIENDO ENCARCELAR A LOS PADRES QUE SE NIEGUEN?”

3.-“¿Apoya la introducción irrestricta de contenidos sexuales a menores en los medios que afecten a su desarrollo PUDIENDO ELLO DISTORSIONAR LA COLUMNA VERTEBRAL DE DICHO DESARROLLO, ESTO ES, SU PSICODESARROLLO, DESDE EDADES EN QUE EL MISMO APENAS ESTÁ AÚN LATENTE?”

4.-“¿Apoya la exhibición a menores de contenido sexual sensible en los medios CON PROMOCIÓN SISTEMÁTICA DE LA HOMOSEXUALIDAD, COMO LA QUE SE DA YA EN TODA SERIE, ANUNCIO O PROGRAMA DE TELEVISIÓN DE LA UE, CON ALGUNOS QUE LLEGAN A REPRESENTAR A LA HOMOSEXUALIDAD COMO 50% DE LA REALIDAD SOCIAL, CUANDO SUPONE SIEMPRE MENOS DEL 7% SEGÚN PAÍSES)?”

Tendrían que ver First Dates en Hungría para saber lo que es promocionar cada día la homosexualidad y, el continuo desprecio y ataque proactivo hacia la heterosexualidad. Eso, y matizar debidamente unas preguntas trucadas, sí hubiera contextualizado debidamente un referéndum serio y democrático, y no lo que se han montado de nuevo los fachas y tiranos autoritarios de Fidesz.

El pueblo húngaro está en plena forma, son un clamoroso ejemplo de civilización y eso es hoy un motivo de gran celebración para muchas personas y un rayo de esperanza para los votantes conservadores de otros países de la UE. ¡Viva Hungría!

Nota.- Los subrayados al texto son nuestros.

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