Basta ver por encima lo que está pasando con el gobierno Duque, prometió detener la impunidad, las extravagantes ventajas dadas por el acuerdo de entrega del país a las Farc de Santos- Timochenko, y en 2 años se ha volcado a complacer las pretensiones totalitarias del narcoterrorismo comunista, con gran parte del presupuesto complaciendo las canonjías de las Farc, la más aberrante el presuntuoso presupuesto de la JEP, justicia especial para la impunidad de las Farc y la persecución de los demócratas, incluyendo una perversa campaña de adoctrinación de las bondades de esta aberración en televisión.
La restauración de la democracia colombiana pasa por instaurar un efectivo modelo de mandato, en el que los gobernantes cumplan en su mayor parte, dadas las circunstancias, sus promesas electorales, para así tener una verdadera y efectiva democracia, ganándose así la legitimidad y la aprobación de su pueblo.
Alberto López Núñez, La Linterna Azul, 16/07/2020
Una cosa es que Eduardo Montealegre Lynett haya sido un fiscal comprometido con un proceso de paz en el que participaron bastantes sectores de la sociedad colombiana, pero otra muy distinta es que desde la Fiscalía General de la Nación se prepararan libretos para que las Farc “aprendieran de memoria” los argumentos para asegurar la impunidad. Conocido este primer correo del computador de Santrich, que deja muy mal parado a Eduardo Montealegre, habrá que preguntarse si él era el Fiscal de la paz, o el Fiscal de las Farc.
Los Irreverentes, 12/07/2020
Monseñor Monsalve debería ser honesto con la Iglesia, con sus feligreses y con él mismo. Es evidente que él está en el lugar equivocado. Debería retirarse del sacerdocio, inscribirse en el partido liderado por el genocida Timochenko, saltar a la arena política y enfrentar al gobierno no desde los púlpitos sino desde la plaza pública, porque la evidencia es prístina: él no es un pastor de almas, sino un agresivo promotor de las ideas de la extrema izquierda.
Los Irreverentes, 09/07/2020
Es evidente, una vez más, que la JEP está embarcada no solo en la preservación de la impunidad de los jefes y subjefes de las FARC, sino que está reduciendo de manera taimada el derecho de defensa de los colombianos.
La desviación vista se suma a otras actitudes antojadizas que la justicia está aplicando: fallos dados al conocimiento público sin que hayan sido previamente escritos, violación del secreto de instrucción, jueces como actores políticos, abolición de la cosa juzgada, parcialidad reiterada, evaporación de expedientes e investigaciones sobre extremistas de izquierda, actitud contraria en investigaciones sobre políticos de derecha, permisividad excesiva ante escandalosas agresiones mediáticas contra un expresidente, etc.
Eduardo Mackenzie, Periódico Debate, 15/07/2020
¡Qué importa lo que diga el derecho internacional sobre el término ‘genocida’! ¡Qué importa que lo que se diga sea exagerado e injusto! Ninguna expresión se queda corta cuando hay que mantener ese doble discurso que tienen algunos autoproclamados defensores de la paz, para los que solo puede haber reconciliación con quienes piensan igual. Todos los demás somos unos genocidas.
José Manuel Acevedo, Periódico Debate, 15/07/2020