‘¡Se subyugan a mis deseos, o, los dejo sin fondos!’, les advierte sin sonrojarse.
Algo similar intento hacer con la ANDI, y con las Cámaras de Comercio de Bogotá y de Medellín. ¿Qué entidades seguirán?
A pesar de esto, ciertos líderes políticos, gremiales, mediáticos y religiosos manifiestan abiertamente que «estamos obligados a luchar para que Petro termine su período» (Cesar Gaviria, 5/08/2023) y, cual notarios en ínfima minoría, hasta participan de los diálogos con los mentirosos narcoterroristas del ELN.
¿A qué están jugando?
¿De qué lado están?
¿Cómo entender esa actitud desconcertante y suicida?
¿Alguien en sano juicio pondría sus esperanzas en ellos?
¡Si deseamos salvar la Patria, enfoquémonos en el talón de Aquiles de Petro!
El talón de Aquiles del presunto presidente Gustavo Petro es, sin duda alguna, el ‘Juicio político por indignidad a causa de la innegable, repito, innegable, violación de topes electorales’. Como recordarán, esta trascendental denuncia fue presentada el pasado 3-05-2023 por el agudo y aguerrido abogado, José Manuel Abuchaibe, a quien debemos respaldar y proteger.
Ésta es la única denuncia con prueba cierta, oficial e irrefutable, que suma los tres elementos estratégicos: ‘Juicio Político + indignidad + violación de topes electorales’.
Entre más de diez juicios políticos interpuestos, éste es el único de naturaleza NO penal. Se trata de un juicio por ‘indignidad’, de instancia única, destinado a salvar la capitanía y el destino de este barco, que es nuestra Colombia.
Es un juicio reservado exclusivamente al juez constitucional de los presidentes, el Congreso de la República. Dado lo abreviado del proceso y la contundencia de la prueba, si los legisladores resolvieran ponerse los pantalones para conjurar el sabotaje, acelerar el juicio, y, finalmente, fallar en estricto derecho, en menos de dos meses cesaría esta horrible noche en que estamos inmersos. Lamentablemente, hasta ahora los congresistas se han mostrado negligentes, huidizos y timoratos.
Colombianos, ¡centrémonos con toda el alma en este ‘Juicio Político por indignidad a causa de la innegable violación de topes electorales’!
¡Enfoquemos aquí todo nuestro ingenio y activismo! ¡No nos dejemos confundir, ni distraer!
¡No se ilusionen con los juicios penales interpuestos: la sentencia final tardará años!
A pesar de la magnitud de los recientes escándalos publicitarios (Sanabria, Benedetti, Nicolás Petro…), es conveniente aclarar que los demás juicios políticos, todos de naturaleza penal, interpuestos contra Gustavo Petro, no servirán para contener la debacle a-narco-comunista.
Me explico. Por mandato legal, el desarrollo completo de estos procesos penales suele tomar años. Primero, porque tienen doble instancia. Y segundo, porque vienen soportados sobre cimientos cenagosos: los testimonios unipersonales, sin prueba todavía, de Benedetti y de Nicolás Petro. Por cierto, éste último, y también su exesposa, ya exculparon a su padre y exsuegro: ‘él nunca se enteró del ingreso irregular de dineros’.
Permítanme hacer otra precisión. El expedito ‘Juicio por indignidad’ que estamos respaldando, al final, podrá implicar graves responsabilidades penales sobre los acusados. Esto podría dar pie a un nuevo y demorado juicio político colateral, este sí de naturaleza penal, con la doble instancia mencionada. Si este es el caso, el Congreso tendrá que dar traslado a la Corte Suprema de Justicia de la deriva penal del proceso.
¡Compatriota, la ciudadanía será, una vez más, el fiel de esta balanza! ¡Es imperioso confederar y sincronizar tantas y tan crecientes reacciones CÍVICAS si deseamos salvar a Colombia! ¡Tenemos que ser capaces de exorcizar tantos individualismos, egos e intrigas! ¡Tenemos que encontrar la forma de ‘obligar’ a los congresistas a obrar con transparencia para fallar en derecho! Nos unimos… ¡o nos hundimos!
Por cierto, apreciado lector, es de trascendental importancia acrecentar el número de firmantes que respaldan la denuncia del Dr. Abuchaibe. Si no lo has hecho, por favor hazlo ahora, de forma online, dando clic AQUÍ.
Colombiano(a), ¡pon tu rodilla en tierra e implora auxilio al buen Dios! Y, por el futuro de tus hijos… ¡toma una decisión incendiaria, legal y pacífica, que transforme la reacción de los que te rodean!
Por Juan Carlos Ariza Gómez | [email protected]
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