Sigue la intoxicación noticiosa contra Colombia

Los comunistas de Quebec (el Canadá francófono) no quieren que haya relaciones entre Colombia y la OTAN y bufan ante el hecho de que entre Colombia y Canadá haya un acuerdo de libre-cambio. Esos mamertos sectarios y microscópicos (en las nueve elecciones generales en que han participado desde 1966 no han logrado obtener más  del 0,05% de los votos) montaron esta semana una campaña contra Colombia.

Su argumento es este: el gobierno del presidente Iván Duque está matando a los  desmovilizados de las FARC. Como la mentira es el segundo pilar central del comunismo, ellos viven en el lodazal de la falsedad permanente.

Oiga el lector lo que escriben: “Desde la firma de los acuerdos de paz, un total de 217 ex combatiente de las FARC han sido abatidos por escuadrones de la muerte y ninguna medida ha sido tomada hasta ahora por el gobierno colombiano de Iván Duque para intentar frenar semejante situación. De hecho, sería lo contrario.” (1).

Gracias a esa torcida frase, el lector entiende que el gobierno colombiano no frena sino estimula esos asesinatos. Y como la embajada de Colombia en Canadá no combate esas calumnias la ciudadanía de Quebec no puede hacer más que tragar entero.

La población canadiense debería ser informada sobre la situación real: las agresiones, asesinatos y amenazas que sufren  los desmovilizados (ahora llamados “líderes sociales”)  provienen de las FARC (sobre todo de las llamadas “disidencias”), así como de otros carteles de delincuencia organizada. La fuerza pública combate esos grupos, no los tolera, ni los apoya.

Las “disidencias” asesinan a sus ex compañeros por rechazar seguir siendo esclavos de esos intereses. También los asesinan para mantener un clima de terror general y controlar así, efectivamente, ciertos pueblos y territorios, sobre todo en aquellas veredas donde el narcotráfico tiene sus bases productivas y donde hay minería ilegal y explotación ilícita de recursos naturales. Las personas que favorecen la sustitución voluntaria de cultivos y se oponen a la incursión de grupos armados en los territorios también son objeto de violentas represalias.

La secta mamerta de Quebec sabe eso pero lo oculta. No es la única que presenta las cosas de manera capciosa. Este 14 de julio, Carlos Ruiz Massieu, representante de la ONU en Bogotá,  expidió un comunicado en francés con este título: “Más de 200 ex-combatientes de las FARC muertos desde la firma de los acuerdos de paz” (2). No aparece una sola palabra, en ese texto, sobre quién está asesinando a los desmovilizados, ni sobre el papel del Eln, del cartel del Golfo y de las llamadas “disidencias” de las Farc en esa barbarie. Ruiz Massieu reconoce los esfuerzos del gobierno en la “consolidación de la paz” pero no dice que la fuerza pública está pagando un precio muy alto en vidas humanas por tales esfuerzos.

En días pasados, la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y Asuntos Internacionales, publicó un “Informe de Homicidios contra líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia”, que cubre lo que ocurrió en 14 departamentos del país entre abril y junio de 2020.

Ese texto explica que la firma de la falsa paz de Santos/Farc disparó los asesinatos de ex guerrilleros y de líderes sociales: hubo 61 en 2016; 84 en 2017; 115 en 2018 y 108 en 2019. Esta última cifra no incluye las 133 personas que fueron asesinadas en masacres realizadas por las bandas armadas. En 2018, antes de que llegada de Iván Duque a la Casa de Nariño, el 7 de agosto, hubo 80 asesinatos de líderes sociales. Desde ese día hasta el 31 de diciembre la cifra bajó a 35 asesinaos de líderes sociales. No hay que olvidar que, durante el gobierno de Santos, mientras las Farc negociaban en La Habana, hubo cerca de 600 defensores de derechos humanos asesinados por las guerrillas.

Según  la oficina bogotana de la ONU, de los 108 asesinados en 2019, 77 eran exguerrilleros. De los 115 asesinados en 2018, 65 eran ex guerrilleros.

El 31 de enero de 2019, el ministerio de Defensa publicó la lista de los 31 bandidos más buscados por el asesinato de líderes sociales. En menos de seis meses, la fuerza pública capturó a 8 de ellos. Por otra parte, militares y policías capturaron a 41 individuos que habían tenido que ver con asesinatos de líderes sociales y lanzaron 114 alertas tempranas para impedir otros actos similares en 162 municipios del país.

En junio de 2020, un operativo militar en Norte de Santander dio de baja a alias ‘Pacora’, cabecilla de la banda ‘Los Pelusos’, y capturó a alias ‘Misael’, quienes estaban involucrados en el asesinato de 10 personas, entre ellas un líder comunal y cuatro desmovilizados.

Ese mismo mes, la fuerza pública golpeó a las Farc (“disidentes”) en Cauca, al capturar a Fernando Israel Méndez Quitumbo, alias ‘el indio’, jefe de una escuadra móvil autora de asesinatos, como el de la gobernadora Cristina Bautista, en Toribío, y de secuestros y masacres de líderes indígenas.

Los excombatientes y la población denuncian que la violencia contra ellos aumentó después de la firma del “acuerdo de paz”. Varias organizaciones subversivas cometen esos asesinatos, muchas veces entre ellos mismos: las Farc, el Eln y el Clan del Golfo, también conocido como  “autodefensas gaitanistas de Colombia”. Este último, por ejemplo, en el occidente de Antioquia, quiere desalojar al “frente 18” fariano, y reforzar sus posiciones en el sur de Córdoba.

En lo que va del año 2020, solo en el departamento del Meta, han sido asesinados 25 civiles y 17 militares. También han resultado heridos militares de la Fuerza de Tarea Omega.

El 4 de marzo de 2020, el ministro de Defensa presentó un informe donde elogió el trabajo realizado por el Cuerpo Élite,  de investigación policial, que ha logrado “avances investigativos” consecuentes: 49 casos en indagación con orden de captura, 14 casos con imputación de cargos, 83 casos en juicio, 60 casos con sentencia y 305 personas capturadas.

También se da el caso de que desmovilizados de las Farc siguen cometiendo crímenes. Es, por ejemplo, el caso de una “líder social”, Yolanda González García, capturada con otro bandido, Yonnier Emilio Pinzón Mogollón. Ella disfrutaba de un esquema de protección y un vehículo oficial y utilizaba, según la Fiscalía, “este medio para transportar armas y para desplazarse a otras ciudades para cometer actividades ilegales”, en Arauca y otras regiones del oriente colombiano (3).

El 17 de enero pasado, el diario El Tiempo reveló que dos dirigentes de las Farc, alias ‘Iván Márquez’ y alias ‘el paisa’, escondidos en Venezuela, habían dado la orden de asesinar a Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, el jefe de los desmovilizados de las Farc. “Eso es una muestra más de que las disidencias son crueles verdugos de quienes decidieron reincorporarse a la vida civil”, constató ese matutino. Este agregó: “Al menos 36 ex-Farc han sido asesinados por las disidencias. De 90 homicidios esclarecidos por la Fiscalía, 36 fueron cometidos por sus antiguos compañeros.” (4).

El ministerio colombiano de Relaciones exteriores, y las embajadas y consulados de Colombia en el exterior, deberían  tomar nota de esos datos y realizar campañas para contrarrestar la desinformación de los grupos subversivos, si quieren tener el respaldo de las autoridades locales y de la opinión pública ante las agresiones que pueden sufrir esas sedes diplomáticas, como ocurrió en días pasados en París cuando la entrada del consulado de Colombia fue lacerada por un puñado de energúmenos.

Eduardo Mackenzie, 17/07/2020

(1).- https://www.pcq.qc.ca/Dossiers/Autres/Archives/page_article.php?article_id=5923

(2).- https://rezonodwes.com/2020/07/15/colombie-plus-de-200-ex-combattants-des-farc-tues-depuis-la-signature-de-laccord-de-paix/

(3).- https://www.infobae.com/america/agencias/2020/06/11/capturan-en-colombia-a-una-lider-social-por-supuestos-vinculos-con-las-disidencias-de-las-farc/

(4).- https://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/disidencias-de-las-farc-estan-detras-de-los-homicidios-de-los-reinsertados-452042

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