Un país como el nuestro, donde suben presidentes con dineros del narcotráfico, no tiene derecho a aspirar al respeto, por eso somos el país más corrupto del mundo. El mismo país donde un expresidente trata a los guerrilleros como camaradas para identificarse con ellos, siendo que estos son secuestradores, asesinos, violadores de niños, productores y exportadores de droga. Colombia es un país donde hay varios altos exmagistrados pagando penas de cárcel por negociar sentencias por muchos millones de pesos. Por todo eso merecemos el vergonzoso título del país más corrupto del mundo.
No sólo lo anterior. Sigamos: somos un país donde un presidente negocia la paz con unos guerrilleros que no aceptaban nada distinto a sus propuestas. Para corroborar esto, cuento una experiencia con “Manuel Marulanda” durante las conversaciones en el Caguán: estábamos reunidos los de la Mesa Negociadora de la guerrilla y del gobierno y los del Comité Temático, igualmente de la guerrilla y del gobierno. “Tirofijo” nos dijo: “Es que con este gobierno no se puede hacer nada; les mando una propuesta y me contestan que me van a mandar una contrapropuesta. Yo no acepto contrapropuestas. Les mando otra propuesta y me dicen lo mismo. Yo no acepto contrapropuestas. Ahora me mandan una propuesta, yo no acepto propuestas del gobierno”. Esto quiere decir que, para llegar a una paz plena y duradera, había que aceptar todo lo que ellos proponían y nada del gobierno legítimo. Por eso nunca estuve de acuerdo con las conversaciones de Juanpa –como le gusta que le digamos– y por eso no acepto la entrega que ese nefasto gobierno hizo con la guerrilla. Por todo eso, somos calificados como el país más corrupto del mundo.
Somos un país donde las obras públicas se adjudican al que más dé. No a la mejor propuesta, como mandan las leyes. Tenemos ejemplos como el de Odebrecht que se adjudicaron las obras a cambio de grandes recursos para la campaña del peor presidente que hemos tenido. Somos un país donde los narcotraficantes han financiado varias de las campañas presidenciales. Por eso somos calificados como el país más corrupto del mundo.
Un país donde asesinan a uno de los candidatos presidenciales más preparados para gobernar, pasan los años, al fin declaran este acto como un crimen de lesa humanidad. El caso lo pasan a la Justicia Especial para la Paz, responsabilizan a la guerrilla, que goza de impunidad en esa funesta JEP y ya sólo podemos esperar la absolución. Ese país tiene que recibir el título del más corrupto del mundo.
Un país donde se pierden las elecciones hasta altas horas de la noche, aparecen unos nuevos resultados en una zona de Colombia y gana el perdedor. Un país donde un candidato presidencial recibe fajos de billetes por debajo de la mesa, los mete a una bolsa y no pasa nada, ese país tiene que ser calificado como el más corrupto del mundo.
Es una vergüenza, pero una calificación merecida por todo lo que aquí ocurre. Y no pasa nada. A pesar de todo, les deseo un feliz 2021 y que hagamos esfuerzos positivos para quitarnos ese calificativo.
Juan Gómez Martínez, https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/tenemos-el-record-de-la-verguenza-ND14353835
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