En 2023 se dejaron de producir 3 millones barriles, lo que evidencia un aumento de 1,1 millones de barriles el año pasado.

Cifras conocidas por Portafolio revelan que año a año vienen incrementando los atentados a la infraestructura petrolera y gasífera del país, lo que ha generado que se dejen de producir hidrocarburos indispensables para el abastecimiento de Colombia.
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Según cifras entregadas por la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) en 2024 se dejaron de producir 4,1 millones de barriles de petróleo, un aumento de 1,1 millones en comparación con los 3 millones de barriles reportados en 2023.
De acuerdo con cifras proporcionadas por las compañías de régimen privado que operan en el país, en 2024, la conflictividad en las regiones se disparó con lo que los bloqueos y vías de hecho se incrementaron 151%, con duración de entre 5 y 10 días, afectando la producción en un rango de 25 – 100.000 barriles diferidos por día.
Los mayores incrementos se dieron en Casanare (416%), Meta (171%), Arauca (71%), Córdoba (150%) y Cesar (28%). Representaron 4 millones de barriles diferidos, 33% más que en 2023 y US$28,5 millones menos en regalías.
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Bajo este panorama, en el informe de tendencias de inversión en exploración y producción de petróleo y gas en Colombia 2024 y perspectivas 2025 se dio a conocer que los atentados han dejado afectaciones sociales de aproximadamente 3.000 empleos menos en las regiones, aproximadamente $2 billones menos por concepto de compra de bienes y servicios a proveedores regionales, alrededor de$35.000 millones menos en programas de desarrollo social (voluntarios y contractuales), aproximadamente.
“La conflictividad social está poniendo en jaque la sostenibilidad operativa, la inversión social y el empleo en las regiones”, resaltó la ACP.
A lo anterior se suma la falta de orden público en las regiones que también está impactando la viabilidad de las operaciones del sector y causando afectaciones en infraestructura crítica.
Es decir, más de 40 atentados a los oleoductos, más de 180 conexiones ilícitas. Lo que generó que el año pasado se reportarán 10 meses sin operación en el Oleoducto Caño Limón-Coveñas (Arauca y Norte de Santander), el cual fue blanco de atentados desde agosto 2024 y a esta situación se suma el Oleoducto Trasandino que duró 19 meses sin operación comenzando en 2023. Esto a su vez, ha generado un incremento en los costos operativos e impacto por afectaciones medio ambientales.
¿Cómo ha estado el comportamiento entre enero y agosto del 2025?
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, durante el año 2024 se reportaron en total 43 voladuras de oleoductos, es decir, 16,2% más lo que en casos se reporta un incremento de seis comparado con el total de voladuras reportadas en 2023 cuando alcanzaron 37.
Con cifras más actuales, entre enero y agosto de 2025, se reportaron 25 voladuras de oleoductos, lo que representa un 92% más comparado con el acumulado entre enero y agosto de 2024 cuando se registraban 13 voladuras.
En el año de análisis, enero y marzo de 2025 fueron los meses en que más voladuras se registraron. Así las cosas, en enero se registraron seis voladuras, cuatro casos más en comparación con enero de 2024.
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En marzo se registraron seis voladuras, seis casos más en comparación con marzo de 2024.
“En 2025, Arauca ha sido el departamento con el mayor número de voladuras de oleoductos, concentrando el 92% del total de los casos”, resaltó el reporte del Mindefensa.
Dentro de este departamento, el municipio de Saravena fue el más afectado, registrando el 56,5% de los incidentes ocurridos.

Han aumentado 600% los casos de voladura de oleoductos
Continuando con los reportes entregados por el Ministerio de Defensa en el estudio “seguimiento a indicadores de seguridad y resultados operacionales” se conoció que entre enero y junio del 2025 se reportaron 35 actos terroristas contra la infraestructura, de estos 21 corresponden a la voladura de oleoductos y 14 a voladuras de vías.
Esto representa un incremento del 52% en comparación con los 23 atentados, 20 de la voladura de vías y tres de oleoductos reportados en los primeros seis meses del año pasado. Así las cosas, en lo que corresponde a la voladura de oleoductos se han aumentado en 600% los casos, mientras que en la voladura de vías se ha reportado una caída del 30%.
«Se denomina atentado contra los oleoductos cuando se presenta la rotura o rompimiento de una línea de transportación (oleoducto, poliducto, gasoducto) por efecto de la activación de un artefacto explosivo, casi siempre como consecuencia de una acción terrorista, del cual se puede derivar la suspensión del bombeo, el derrame de hidrocarburos, incendio y contaminación”, resalta la cartera en el informe.
Además, se denominan atentados contra puentes y vías cuando se presenta la destrucción parcial o total de un puente o una vía por efecto de la activación de un artefacto explosivo, casi siempre como consecuencia de una acción terrorista del cual, se puede derivar la restricción u obstrucción de la movilidad.
Entre enero y junio de 2025 se redujeron 15% las regalías
A su turno, la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios de Petróleo, Gas y Energía (Campetrol) entregó su más reciente balance de las cifras del sector. En este documento se conoció que las regalías causadas por la explotación de hidrocarburos durante el primer semestre de 2025 presentaron una reducción del 14,9%.
Según la agremiación, en plata blanca, se recaudaron $3,5 billones durante enero y junio de este año, inferior a lo reportado en el mismo periodo del año pasado cuando la cifra fue de $4,2 billones.
“Las cifras del sector confirman el rol estratégico de los hidrocarburos como fuente de ingresos para el país, reflejado en regalías, exportaciones y generación de empleo. La caída en la producción de petróleo asociada a eventos de orden público sigue siendo un factor de atención para garantizar el recaudo fiscal de la nación y las regiones. Según la ANH, entre enero y agosto de 2025 la producción diferida ascendió a 10,8 KBPD por situaciones de orden público, lo que resalta la necesidad de anticiparnos a las situaciones de hecho y mitigar estos impactos en la operación”, afirmó Nelson Castañeda, presidente ejecutivo de Campetrol.
LEIDY JULIETH RUIZ CLAVIJO
PORTAFOLIO