Pasos para una reactivación

Hernán González R.

Para un colombiano del común, como quien esto escribe, la reactivación de Colombia debe empezar por: 1. Declarar el estado de conmoción interior. 2. Diezmar los cultivos de coca por medio de la aspersión aérea con glifosato.  3. Reformar nuestra desacreditada Justicia. 4. Reorientar la politizada Fecode.

La conmoción interior le permite al Presidente suspender de sus cargos a los mandatarios regionales ineptos, restringir las manifestaciones sociales, asumir el control de la radio y la televisión por un período de 90 días prolongables, inspeccionar domicilios sin orden judicial previa…

No es cierto como señalan algunos que haya fracasado el Plan Colombia. En 2008 teníamos 180 mil hectáreas de coca cultivadas y en 2013 se habían reducido a unas 40 mil, gracias a la aspersión con glifosato. En 2013 se producían unas 220 toneladas de cocaína pura y en 2020 saltamos a producir y exportar devastadoras 1.100 toneladas cultivadas en cerca de 200 mil hectáreas, protegidas estas a la fecha por las guerrillas y los carteles mexicanos.

El narcotráfico es el combustible de todas nuestras violencias disfrazadas de protesta pacífica.  Es el responsable de la quiebra de no pocas de nuestras empresas por culpa del contrabando y similares con los dineros lavados del narcotráfico, y es en consecuencia, el culpable del subempleo y del desempleo con los cuales sobrevive hoy cerca del 50% de los colombianos. El narcotráfico es el gran contaminante de nuestros ríos y de nuestras selvas

De acuerdo con la ONU, para producir las 1.100 toneladas se requieren 92.000 toneladas de insumos sólidos y 469 millones de litros de 35 precursores químicos tan contaminantes como 2,6 millones de litros de ácido sulfúrico. En Colombia hemos arrasado 2,8 millones de hectáreas de bosques para plantar matas de coca.

El Plan Colombia fracasó, porque el presidente Juan Manuel Santos prohibió la fumigación aérea con glifosato para que una guerrilla que estaba derrotada y enmontada le firmara los acuerdos de esa paz que padecemos hoy.

La aspersión aérea con glifosato no se ha podido iniciar, por culpa del populismo de una Corte Suprema de Justicia que, en lugar de proteger la integridad de nuestra Constitución se ha dedicado a romper el equilibrio entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Corte Suprema a la que poco le importa promover la igual repartición de nuestros deberes y derechos y que olvida que las desigualdades de riqueza y autoridad exigen restricciones en los derechos a protestar para no acentuar tales diferencias.

La igualdad de oportunidades se inicia por medio de la educación pública gratis o financiada por los padres de familia. Esta igualdad está siendo politizada por los numerosos profesores de Fecode incapaces de dictar clases en inglés, desde el preescolar, como ordena la ley en la república de Singapur.

Periódico Debate, 30/05/2021

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