El ministro de Hacienda hizo quedar mal al de Salud con la propuesta de tributaria

Como dice una cosa dice la otra. Así —tal vez— podría señalarse las salidas del ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, a quien se le ha hecho costumbre alborotar el avispero de la opinión pública con sus declaraciones en contra de las entidades promotoras de salud (EPS), las vacunas contra el covid-19, las unidades de cuidados intensivos durante la pandemia y, la más reciente, contra los empresarios. En esta última faceta hasta se tomó atribuciones de dar avisos que le corresponden al Ministerio de Hacienda.

“La ANDI (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia) dice que no hay dinero y Bruce Mac Master que no alcanza la plata y que hay que darles más a las EPS. Pues entonces hagamos la reforma tributaria y pongamos a los empresarios a que paguen la plata que dejaron de pagar y hacemos una reforma justa y equitativa en la que todos pongamos”, afirmó el ministro en una audiencia pública de la reforma a la salud realizada en Bucaramanga.

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A estas palabras —que algunos asistentes acompañaron con aplausos— le siguió otra andanada de señalamientos contra las EPS, quienes llevan al menos dos años exponiendo que es insuficiente la plata que les da el Estado por cada afiliado que tienen.

“A mí me alegra mucho, estamos en otro tono. Lo dijo Acemi y Gestarsalud y hasta (Juan Pablo) Rueda que era el que más jodía. El de Sanitas, ese era el que más jodía. Entonces pongámonos todos de acuerdo y hagamos de Colombia una cosa grande todos juntos para que podamos cambiar este país. No hay intenciones, de ninguna manera, de que desaparezcan las EPS, pero las vamos a poner a trabajar”, agregó el funcionario.

A estas palabras le agregó más picante este martes cuando, desde Tumaco (Nariño), insistió en que “los empresarios son los que dicen que no les alcanza la plata, pues que ellos comiencen a poner la plata para poder solucionar el problema de la salud”.

Sin embargo, no pasó ni un día para que su colega de gabinete presidencial, el ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, desestimara esa propuesta de reforma tributaria que Jaramillo se sacó de la parte baja de la espalda. “Dejémoslo a él que divague”, afirmó Bonilla esbozando una sonrisa socarrona.

Entre tanto, el presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, dijo que estas declaraciones fueron “destempladas”, pero que era una “buena noticia que (el ministro) haya decidido hablar de las cifras del sector, del costo del sistema, de los recursos para atender a los pacientes, de los costos de contratación, de los traslados a las entidades territoriales y de las finanzas públicas”.

Sin embargo, y dando por descontado que ni el más petrista de los congresistas le iba a copiar la idea vespertina al Minsalud, varios analistas y expertos en salud coinciden en que en el fondo de esas declaraciones hay desconocimiento sobre el funcionamiento del sistema de salud.

Uno de ellos es el exministro de Salud (2012-2018) y de Educación (2022-2023), Alejandro Gaviria, quien en una ronda de medios manifestó que la solicitud del ministro Jaramillo por una tributaria “es reconocer que la reforma a la salud está desfinanciada”.

“Uno no sabe si esas declaraciones tienen que ver con el problema actual de sostenibilidad del sistema o con el financiamiento de la reforma a la salud”, dijo Gaviria a Noticias Caracol.

Y es que no dejan de ser contradictorios los mensajes del ministro, pues desde que casó la pelea con las EPS, por la suficiencia de recursos para que puedan garantizarles atención en salud a los usuarios, Jaramillo siempre ha usado la carta de que la plata les alcanza, además de que el Gobierno de Gustavo Petro es el que más ha aumentado el presupuesto de la salud (una tesis por la que el presidente también ha sacado pecho). Según el Ministerio, el Presupuesto General de la Nación asignado para ese sector en 2023 pasó de $40,3 billones a $50,59 billones.

Basta con escuchar cualquier rueda de prensa de Guillermo Jaramillo sobre el tema. Nada más en agosto del año pasado dijo: “Cuando uno oye que se mueren los niños en La Guajira, sabiendo que están afiliados y que un niño menor de un año tiene una UPC de $4 millones y se le gira a una EPS para que lo cuide durante un año, ¿en dónde se están quedando esos $4 millones si se mueren los niños?”.

De manera que ahora el jefe de la cartera de salud del país sugiera que se necesita más plata para financiar la salud (o la reforma a la salud) denota al menos una contradicción en lo que ha sido su caballito de batalla.

Como le dijo a EL COLOMBIANO, el profesor del área de salud de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Giovanni Jiménez, “dio un papayazo porque entre líneas dijo que para poder cumplir con la reforma a la salud tendría que recortar ciertos frentes para poder montar el modelo preventivo y predictivo de salud, lo cual está poniendo en riesgo la vida de los pacientes”.

Al respecto agrega que al enviar ese mensaje a los empresarios, intrínsecamente “está diciendo que la plata no alcanza y quiere decir que la reforma no está financiada y que el incremento de la UPC (plata que el Estado les da a las EPS por cada afiliado) está desfinanciando la atención clínica de los pacientes”.

Sin ir más lejos, quedó claro que otra reforma tributaria —al menos por ahora— no está en los planes del Gobierno, pero las palabras de Guillermo Jaramillo sirvieron para volver a poner la lupa sobre el factor plata del sistema de salud y de la reforma, que hasta ahora no cuenta con aval fiscal del Ministerio de Hacienda, sino con un “escenario de factibilidad” que proyecta que, con referencia al Producto Interno Bruto, el gasto en salud disminuirá a 2050. Algo que expertos en salud califican como un imposible.

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