La campaña digital al 2026

El Estado consolidó un presupuesto de $385 mil millones anuales en medios públicos y pauta de $100 mil millones para su mensaje. ¿Y la oposición?

Colombia se encuentra en una batalla digital sin precedentes de cara a las elecciones presidenciales de 2026.

La arena ya no es solo la plaza pública ni los debates televisados, sino el mundo de las redes sociales, donde se construyen, manipulan y destruyen narrativas en cuestión de minutos. Mientras el Gobierno de Gustavo Petro ha consolidado un aparato comunicacional sin precedentes, la oposición sigue desarticulada, sin estrategia clara y con una presencia digital limitada.

La magnitud de este desafío no puede subestimarse. Según Statista, Colombia cuenta con más de 38 millones de usuarios en redes sociales, una audiencia que, en promedio, dedica cuatro horas diarias al consumo de contenido digital.

Facebook, Instagram, TikTok, X y WhatsApp dominan el ecosistema. Lo alarmante hoy es que el tráfico y la discusión política en estas plataformas están siendo monopolizados por un ejército de influenciadores y activistas afines al gobierno.

De acuerdo con información publicada en El Nuevo Siglo, al menos 27 influenciadores petristas impactan a 28,5 millones de seguidores, sin que exista una contrapartida democrática que compita con ese alcance.

Existen cuentas anónimas con cientos de miles de seguidores que replican las narrativas oficialistas, mientras que el aparato estatal ha consolidado un presupuesto de $385 mil millones anuales en medios públicos y una pauta de $100 mil millones para amplificar su mensaje.

¿Y la oposición? Impávida, desorganizada, dispersa en esfuerzos individuales que no logran hacerle contrapeso a la maquinaria oficialista. Nos quejamos, criticamos en privado, pero seguimos ausentes en el debate digital, donde se forma la opinión pública. Actuamos o nos perdemos.

El reto es doble. Primero, hay que desarrollar una estrategia digital eficaz que llegue a todos los segmentos de la población. No basta con tener presencia en X (antes Twitter), una red influyente entre la élite política y mediática, pero que no es la principal fuente de información para la mayoría de los colombianos. Se necesita una presencia robusta en TikTok, Instagram y WhatsApp, con narrativas claras, ágiles y que conecten con la ciudadanía. Segundo, es imperativo combatir la desinformación que el oficialismo propaga sin escrúpulos. Sin una estrategia para desmontar mentiras, corregir datos y viralizar información veraz, la oposición seguirá reaccionando tarde y mal.

A quienes prefieren no meterse en estos temas, a los que se quejan del rumbo del país, pero se abstienen de dar su opinión o compartir contenido, a los jóvenes indignados que ven amenazado su acceso a la educación: la indignación no basta. Es indispensable pasar a la acción. Ha llegado la hora de despertar. La narrativa digital de 2026 no se gana con lamentos, sino con estrategia y acción.

Estamos frente al desafío de no perder la narrativa y, lo más importante, de no perder la democracia.

Víctor Muñoz
Emprendedor, investigador, analista.

https://www.portafolio.co/opinion/victor-munoz/la-campana-digital-al-2026-columna-de-624566

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