Según la Real Academia, el basilisco es “un animal fabuloso, al cual se le atribuía la propiedad de matar con la vista”. Este animal era descrito en la Edad Media como un ser con cabeza de gallo, cuerpo de serpiente y alas con plumas, y tal como nos dice la definición anterior, capaz de asesinar con su mirada.

 

Laureano Gómez, hablando en un discurso del Partido Liberal, dijo que “El basilisco era un monstruo que reproducía la cabeza de una especie animal, de otra la cara, de una distinta los brazos y los pies de otra cosa deforme, para formar un ser amedrentador y terrible del cual se decía que mataba con la mirada. Nuestro basilisco camina con pies de confusión y de ingenuidad, con piernas de atropello y violencia, con un inmenso estómago oligárquico; con pecho de ira, con brazos masónicos y con una pequeña, diminuta cabeza comunista, pero que es la cabeza.[1] La figura retórica es acertada, ya que describe a la perfección la dirigencia y el accionar de dicho partido político en aquellos tiempos.

 

Hoy en día tenemos a un nuevo basilisco, que camina con pies de propaganda y caos, con piernas de narcotráfico y terrorismo, con un inmenso estómago ambicioso, con un pecho de resentimiento, con brazos de politiquería y con una gran cabeza Comunista. Este animal despreciable y que asesina con la mirada es el Pacto Histórico: la colectividad política que hoy se ha apoderado del gobierno en Colombia, y que seguirá en su posición de poder si dejamos que siga existiendo y actuando.

 

Este monstruo camina sobre la propaganda que esparcen los medios de comunicación del Estado y las redes sociales manipuladas por bodegas, ambos convertidos en gigantescas maquinarias de desinformación. Su mensaje es replicado y amplificado por los medios de comunicación tradicionales, trayendo caos en la población general. El narcotráfico y el terrorismo le permiten avanzar y sostenerse, y fueron lo que lo llevaron al Poder en un principio. Su ambición no tiene límites, y está saqueando el presupuesto estatal, dejando al aparato administrativo sin recursos para algo distinto que sostener económicamente a sus militantes, deseosos de salir de pobres a través del robo. Su inagotable resentimiento hacia aquellos que tienen más son los que, al mismo tiempo, los impulsa al saqueo y al narcotráfico. La politiquería fue la herramienta que les ha permitido sostenerse y los ha aliado con todos los partidos políticos, aun con ellos que proclaman ser oposición. Y dirigiendo todo esto se encuentra la cabeza Comunista, que es la piensa y dirige su accionar.

 

La cara visible de la cabeza Comunista del Basilisco es Iván Cepeda. Este nefasto personaje será proclamado, dentro de 15 días, como el candidato oficial del Pacto Histórico a las elecciones presidenciales del año 2026 (si es que hay elecciones, pero eso es otra historia). El simulacro de Consulta que se va a efectuar es solo la formula para darle un barniz democrático a algo que ha sido decidido por la cabeza Comunista hace ya tiempo. La demente femibolche Carolina Corcho, que en su deseo nihilista de destrucción fue el cerebro detrás del cataclismo del sistema de salud en Colombia, es solo un figurín para darle gusto al voto femenino, cuya única lealtad es con la Izquierda.

 

Aún es posible detener al Basilisco, pero se necesita voluntad de vencer. Y, sobre todo, se necesitan personas realmente comprometidas con ello. No se necesitan partidos de oposición (SIC), ni mesías montados en caballos, o payasos que dicen ser escogidos por Dios. Sin voluntad de vencer, compromiso e idoneidad, Colombia está condenada.

 


[1] Gómez, Laureano, Obras Completas, tomo V, Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 2013, p. 313.