Apreciados amigos y queridos lectores, como se los prometí quiero continuar con la segunda parte de mi escrito. En esta, voy a presentarles una información centrada en el tema principal de este artículo, que hemos considerado de vital importancia para nuestra Democracia y la preservación de la misma. Para ello, voy a traer unos argumentos y elementos muy valiosos de nuestro gran amigo y líder de la Comisión Electoral de nuestro Foro Atenas, el Ingeniero Gustavo Villamil, que los van a ilustrar mucho más sobre la inconveniencia profunda, de este tenebroso proceso. La prueba más clara de esto, la vamos a ver en estos días en el próximo proceso electoral de Venezuela.
Los sistemas de votación virtual son un subgrupo de los sistemas de votación automatizada, y representan una mayor complejidad en su implementación, dado que además de garantizar la correcta captación y tratamiento de los votos, al no ser de carácter presencial, es necesario también asegurar la autenticación de los electores por métodos aún más costosos y demorados, así como su participación libre sin ningún tipo de coacciones o “estímulos” ilegítimamente utilizados para influir en la decisión del elector. Estas bondades del sistema de votación automatizada se constituyen paradójicamente en sus debilidades, como se explica más adelante.
Reducción de los riesgos de fraude por métodos manuales
El fraude manual, siempre y cuando se autentique y lleve control automatizado de los electores, estaría mitigado. Gracias a la automatización del proceso, y siempre y cuando las herramientas adquiridas sean sometidas a una permanente actualización tecnológica, tanto en lo operativo como en materia de seguridad, la manipulación de los resultados mediante la alteración electrónica, representa un costo demasiado elevado y un riesgo muy alto para quienes lo intenten. Con ello se obtiene una reducción sustancial en la comisión de este ilícito, otorgando una mayor calidad al proceso eleccionario.
No obstante es evidente el incremento progresivo en el número de ataques perpetrados a los sistemas informáticos, en todo tipo de instituciones. Hasta instituciones como el Pentágono han sufrido ataques cibernéticos, y el sector financiero sufre anualmente millonarias defraudaciones por medios digitales, a pesar de los grandes recursos que invierten en materia de cyber seguridad. Las instituciones electorales no están exentas de este tipo de ataques, como tampoco de que se presenten fallas catastróficas que impidan su funcionamiento. Un caso reciente fue en República Dominicana, donde el sistema de voto electrónico, colapsó, y tuvieron que aplazar las elecciones para tres meses después.
Desventajas
Vulnerabilidad del secreto del voto
Dependiendo de la manera como se incorpore el registro y control de votantes al sistema de votación electrónica, o como se almacene la información concerniente al votante y al voto depositado en la máquina o urna electrónica, el secreto del voto podría estar expuesto y facilitando con ello la manipulación de la libertad del elector para decidir en la urna.
El escrutinio de los votos deja de ser un acto público
Una de las críticas de mayor peso en la mayor parte de países, en donde se ha promovido la implementación del voto electrónico, la representa el hecho de que el escrutinio y cómputo de los votos, deja de ser un acto presenciable y verificable por parte de los representantes de las organizaciones políticas. Los resultados son obtenidos de manera interna dentro del dispositivo de votación, y el acta de escrutinio es emitida de manera automática, convirtiendo la aceptación de los resultados en un acto de fe.
Incremento en los costos de los procesos electorales
Tanto el costo inicial (adquisición) como los costos de operabilidad de las máquinas de votación en cada evento electoral, son significativamente elevados con respecto a los de un proceso de votación mediante mecanismos manuales. Este costo se puede optimizar, si es que en lugar de adquirir las máquinas se decide alquilar su servicio.
Aun a pesar del beneficio derivado de la posibilidad de reutilizar el instrumento de votación automatizado, sin mayores cambios entre una elección y otra, reduciendo así el consumo de algunos insumos que ya no se requerirían a la escala acostumbrada (papelería), la complejidad característica de los sistemas de votación automatizados, hace mucho más exigentes y especializados los componentes técnico y logístico, así como la calidad y conocimiento del recurso humano requerido para la preparación y ejecución del proceso, provocando con ello un incremento sustancial en los costos de ejecución de cada elección.
Incremento en los costos de infraestructura operativa
La infraestructura requerida para preparar y atender los distintos procesos electorales, demanda tanto la tecnificación total del órgano electoral en todos sus componentes, como la profesionalización y permanente actualización técnica del personal de toda la organización, ello conlleva un incremento notable en los gastos de funcionamiento de la institución electoral, sin mencionar los que acarrearía la reestructuración obligada a que debería someterse para poder afrontar el proceso de automatización de las votaciones.
Mayor complejidad en la auditoria y fiscalización del proceso
La auditoría del voto manual es directa y simple. Con el voto electrónico es necesario auditar no solo los comprobantes de votación (si es que se cuenta con ello), sino también las máquinas de votación, los sistemas de transmisión y consolidación, y todos los programas utilizados desde la generación de los censos electorales, hasta las rutinas de seguridad utilizadas. Los sistemas de votación que se programen, deben ser sometidos a sesiones de prueba y auditoria arduas y exhaustivas, a fin de garantizar su funcionamiento e integridad, y obtener la certificación correspondiente de la autoridad que se designe para ello.
El papel de los testigos en todas las estancias del proceso queda totalmente reevaluado, requiriendo una mayor destreza y conocimiento en materia informática, con lo cual no solo se dificulta su consecución en las cantidades que demanda el proceso, sino que se incurrirá en costos para su capacitación y entrenamiento. La auditoría de carácter técnico es bastante compleja y especializada, por ende muy costosa y de acceso poco probable para los pequeños partidos y movimientos políticos, aun para los grandes representa un esfuerzo muy importante.
Mayor exigencia en la promoción, divulgación y capacitación
La promoción de las bondades y fortalezas del sistema dentro de la población, debe ser exhaustiva y convincente, a fin de transmitir a los diferentes actores del proceso, la confianza y credibilidad necesarios para lograr la aceptación del nuevo sistema y al menos mantener los niveles de participación electoral. Las campañas de divulgación sobre el uso del mecanismo de votación electrónico, deben ser muy didácticas y sobre todo exigen el uso de medio audio visual, para lograr su entendimiento. La capacitación del elector debe ser directa, mediante el contacto con máquinas de votación o prototipos artesanales semejantes a ella, comenzar muy anticipadamente y extenderse a todos los municipios del país.
Mayor exigencia en materia de seguridad
La seguridad física e informática que se requiere en todos los niveles y etapas del proceso, desborda los límites que separan la realidad de la ficción, es inimaginable la cantidad de controles que hay que establecer en cada fase tanto de preparación como de operación de las máquinas de votación. Para ello se debe involucrar desde personal especialmente capacitado, hasta sistemas electrónicos de seguridad y control avanzados, que garanticen la integridad del proceso, de los sistemas y de las máquinas de votación.
En el mundo actual, en el que las redes de datos facilitan la navegación por los sistemas informáticos globales, exponiéndolos a la nueva forma de piratería, denominada intrusión informática, el componente de seguridad reviste trascendental importancia, toda vez que la democracia de un país estaría fincada en la solidez y robustez que se le imprima al sistema de votación. A pesar de la complejidad técnica y los elevados costos que demanda un intento de fraude electrónico, no es descartable esta posibilidad, y al contrario del fraude que aqueja a los sistemas de votación manual, el fraude en los sistemas electrónicos no requiere poner de acuerdo a muchas personas para ejecutarlo, bastaría tan solo con sobornar a los responsables de desarrollar el sistema.
Sistemas de soporte y contingencia demasiado complejos y costosos
Se debe contar con sistemas en línea para el apoyo logístico y soporte técnico a los centros de votación. Esto demanda tanto personal técnico calificado, como herramientas informáticas y de comunicaciones modernas. El sistema de contingencias debe dotarse con una reserva equivalente al menos al 5% del total de las maquinas instaladas, y un plan de distribución y acercamiento de esas máquinas de contingencia a los centros de provisión, que deben estar ubicados a una distancia máxima de una hora con relación a cualquiera de los centros de votación. Para ello debe contarse además con todos los medios de transporte, que permitan suministrar el soporte solicitado en el tiempo mencionado. No obstante siempre se deberá contar con un sistema de contingencia manual en cada centro de votación, es decir con urnas y tarjetas electorales convencionales, a fin de atender un evento en el cual no se logre rehabilitar la máquina de votación o no se obtenga oportunamente su reemplazo.
Dependencia tecnológica del proceso a nivel global
Bien es sabido que con la automatización de las actividades en cualquier sector económico o de producción, se crea automáticamente una dependencia total de los procesos con respecto a la tecnología que se está implementando. Cualquier falla por mínima que parezca en cualquier componente de la infraestructura tecnológica, puede desencadenar en un desastre de dimensiones globales, que pueden obligar a la suspensión o postergación de la actividad que se está desarrollando por estos medios, con las concernientes consecuencias de tipo político, que finalmente tienen impacto en la credibilidad y legitimidad del proceso y de la institución encargada de realizarlo.
Somos testigos diariamente que los servicios bancarios pueden suspenderse, porque simplemente se ha malogrado la conectividad bien de una sola sucursal o en ocasiones como ya se ha visto, de todas las oficinas o filiales de una entidad bancaria. Es traumático en estas circunstancias no poder realizar una simple consignación bancaria, la cual en otra época cuando no existía tal dependencia de los sistemas, se podía efectuar con el llenado de un simple formulario y de forma manual. Una falla en la programación del sistema de votación o en algún otro componente por elemental que parezca, puede provocar la parálisis general del proceso, tal y como ocurrió en febrero de 2020 con las elecciones municipales en República Dominicana, las cuales tuvieron que suspenderse en plena ejecución, y finalmente posponerse debido a un fallo grave en la rutina de carga de las boletas de votación electrónicas, en los dispositivos de votación automatizada que se estaban utilizando.
También en Venezuela en el año 2000 se tuvieron que aplazar las llamadas Mega elecciones a causa de problemas graves en las bases de datos de los candidatos, que no pudieron ser resueltas antes de los comicios programados para el mes de junio. Debemos recordar que las elecciones generales de Bolivia 2019 fueron declaradas nulas, por problemas suscitados en varios componentes de seguridad dentro del sistema de totalización de los resultados tanto preliminares como oficiales, que aun cuando no se trataba de un sistema de votación automatizada, si se comporta en realidad esta actividad, como un componente más que forma parte de los sistemas de votación automatizada. En los procesos manuales, a lo sumo se podría ver afectado un recinto de votación por problemas logísticos, no existe la posibilidad de un paro generalizado, como si está presente en los sistemas de votación automatizados.
Obsolescencia tecnológica
Adquirir las máquinas de votación, acarrea automáticamente un problema importante, se trata de la obsolescencia tecnológica de los equipos, que hace que en poco tiempo, la consecución de repuestos para su reparación y/o del personal especializado en su mantenimiento y programación, escasee y se torne costoso, o que simplemente los equipos no brinden más ni la satisfacción técnica, ni la confianza que se requiere para adelantar en ellos un proceso electoral.
Conservación y mantenimiento de los equipos en condiciones adecuadas
La conservación de las máquinas de votación entre una elección y otra requiere de un espacio físico adecuado, en condiciones ambientales especiales, que garanticen la integridad de los equipos. La no utilización de los equipos por periodos prolongados, ocasiona quizá más daños que su uso frecuente, especialmente en las baterías que los alimentan. Periódicamente se requiere ponerlos en funcionamiento y efectuar en ellos las rutinas de diagnóstico que recomienda y suministra el proveedor. A pesar de todo esto, siempre habrá un porcentaje significativo de equipos que requieren reparación y cambio de piezas, para ponerlos en operación para una nueva elección. Todo lo anterior demanda infraestructura, personal técnico y consecuentemente representa un costo apreciable.
Otros aspectos que no cobija el voto automatizado
Existen tres formas de fraude muy características y frecuentes en Colombia, que no son resueltos por ningún sistema de voto automatizado y mucho menos por los sistemas de votación virtual: La trashumancia electoral. El trasteo de electores muy común en elecciones de orden local y regional no tiene manera alguna de ser eliminado o prevenido por ningún sistema de votación automatizada. La compra de votos. Esta otra modalidad de fraude tampoco es controlable mediante ningún sistema de votación automatizada. El constreñimiento del voto. Tampoco esta modalidad puede controlarse con ningún sistema de votación automatizada.
Consideraciones imprescindibles para los sistemas de votación automatizada
El voto electrónico exige como pilares fundamentales las siguientes premisas.
Contar con una institución electoral transparente y creíble.
Asegurar la preservación del secreto del voto.
Garantizar el Escrutinio Público de los votos.
Autorizar auditorias desarrolladas por organizaciones independientes al órgano electoral, con resultados y efectos vinculantes sobre el proceso.
Hacer público el Registro de Votantes y auditable junto con los resultados de las máquinas de votación.
Creo que estos postulados que se hacen necesarios, son muy difíciles de cumplir, viciando totalmente el proceso.
Nelson Roberto Pardo Giraldo, La Linterna Azul, http://www.lalinternaazul.info/2020/12/07/el-foro-atenas-reitera-un-no-rotundo-al-voto-electronico-2a-parte/, 7 de diciembre de 2020
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