En mi columna pasada en este diario argumentaba que el “Colombia Trade” se estaba adelantando en los mercados, y que esta realidad era función directa del hecho de que el gobierno del Pacto Histórico ha resultado ser la máxima definición de la mediocridad. Desde la publicación de esa columna, el retorno del Msci Colcap se ha incrementado aún más, y la bolsa de Colombia ya ha rendido un impresionante 28% en dólares desde el inicio del año. Es más, hace un par de días Bloomberg publicó una nota que se ha viralizado en los chats de los operadores del mercado y cuyo título es “Leftist’s flop in Colombia sparks wild election-bet stock rally”, que traduce, “El fiasco del Gobierno de izquierda en Colombia genera un impresionante rally en la Bolsa de Valores”. El petrismo, en medio de su ignorancia, celebra el incremento de los precios de los activos de Colombia como logro propio, mientras la realidad es que la apuesta de los inversionistas es que la vagabundería que ha resultado ser este gobierno desaparezca después de 2026.
Ahora, como decía muy certeramente mi gran amigo Juan David Escobar en un webinar que hicimos para la escuela de negocios de Eafit hace unos días, “esto gratis no nos va a salir”. Y, efectivamente, Juan David tiene toda la razón. Estos cuatro años pasarán a la historia como una horrible pesadilla, como si nos hubiera dado un cáncer patéticamente agresivo. Petro dejará, entre muchos otros desastres, un sistema de salud quebrado, una incertidumbre brutal en el sistema de pensiones, unos retrocesos brutales en la ley laboral, y un retroceso inmenso en la política energética del país.
Pero Petro es terco y aún no ha terminado de hacer daño. Petro está destruyendo las relaciones con EE.UU. y pareciera estar en una cruzada para torear al presidente Trump y así poner aún más en riesgo el acceso de los productos colombianos a la economía más grande del mundo. El señor que hoy ocupa la Casa de Nariño por culpa de 11 millones de inconscientes dijo lo siguiente el jueves pasado: “Trump cuando lo de los aviones dijo ‘voy a subir aranceles’ y entonces pues yo dije, ‘pues hágalo porque nosotros también subimos aranceles y se acabó el cuento”, momento en que se oye una gran ovación de los pobres ignorantes que no entienden las consecuencias de lo que dice su mesías. Pero Petro no matizó y continuó con lo siguiente: “Dada la balanza comercial, que es cuanto exportamos nosotros hacia ellos y viceversa, pues la realidad una vez se hacen los cálculos es que Colombia pierde con el TLC…O sea que a diferencia de México donde ese país gana, Colombia pierde. O sea que, si se le ocurre a Trump acabar con el TLC, yo lo aplaudo porque entonces tendremos que sembrar maíz en Colombia…” Confieso que tuve que ver el clip como cinco veces porque no podía creer que un jefe de estado en el mundo pudiera ser tan completamente imbécil.
La doctora María Claudia Lacouture posteó lo siguiente en X después del discurso de Petro: “La administración Trump ha dejado claro en estos primeros 30 días que su enfoque comercial está en otras prioridades, y el TLC con Colombia no está en su radar. Sin embargo, si Colombia pierde este acuerdo, el impacto sería profundo: más de 530.000 familias caficultoras dependen de sus exportaciones a EE.UU.; 79% de nuestras flores tiene allí su principal mercado; el sector de frutas, con 765.000 empleos directos y 1,8 millones de empleos indirectos, vende 30% de su producción a Estados Unidos. Y no podemos ignorar que 53% de las remesas que recibe el país provienen de allí, sosteniendo a miles de hogares”.
La gente tiene derecho a equivocarse porque equivocarse es humano. Pero hay límites. El que vuelva a votar por alguien del Pacto Histórico y que piense que Petro ha sido buen presidente y que sus ideas son vanguardistas, no merecerá jamás el perdón de sus coterráneos. Ah, y ojalá que la Casa Blanca nos haga la caridad de ignorar al inestable que hoy vive en la Casa de Nariño.