
El oscuro y polémico empresario del espectáculo y hombre de la noche, Ricardo Leyva, volvió a ser noticia a raíz de que se descubriera que él es el propietario de la lujosa mansión en la que vive el narcotraficante ministro petrista Armando Benedetti Villaneda.
El director de este portal fue la primera persona en preguntar por la nueva residencia de Benedetti, ubicada en el club de golf Lagos de Caujaral, en las afueras de la ciudad de Barranquilla.
Trascendió que Benedetti, desde mediados de este año, se mudó a esa casa que figura a nombre de Ricardo Leyva.
Dado que Armando Benedetti, en su calidad de facilitador del narcotráfico, fue incluido en la denominada Lista Clinton como «persona de interés», todas sus transacciones y negociaciones están siendo observadas con lupa por parte de las autoridades estadounidenses, las mismas que no descartan ampliar las medidas contra Benedetti Villaneda a través de una imputación formal por delitos federales.
Hace poco, Ricardo Leyva concedió una entrevista radial —que pareció, más bien, un publirreportaje— en la que aseveró que él, invadido por el dolor del despecho, decidió proponerle un trueque a Armando Benedetti, a quien describió como su “amigo del alma”. En virtud del acuerdo, Benedetti se iría a vivir a su mansión y él, a su vez, se mudaría al apartamento del narcoministro.
Este portal pudo establecer que Ricardo Leyva posee una tarjeta de residencia permanente en los Estados Unidos –Green Card–, la cual estaría bajo revisión de USCIS, la autoridad migratoria norteamericana, puesto que ninguna persona, sin autorización previa del Departamento del Tesoro, puede hacer negocios y/o transacciones financieras con personas que hacen parte de la Lista Clinton.
De acuerdo con la versión del empresario musical Leyva, el intercambio fue un mano a mano, sin que Benedetti le diera un peso, a pesar de que evidentemente su casa es de mucha mayor categoría que el apartamento de Benedetti Villaneda.
Asevera que él, agobiado por el despecho, necesitaba salir de ese lugar y que el acuerdo hecho con el narcotraficante en cuestión fue un favor salvador.
La historia, pintada de rosa, resulta inverosímil. Y como no hay nada oculto entre cielo y tierra, en las últimas horas se empezó a conocer la verdad.
Amigos de trago, drogas y agresores de mujeres
Son muchas las similitudes entre Ricardo Leyva y Armando Benedetti. Ambos son compañeros de juerga, donde corren ríos de alcohol y abundan las sustancias psicoactivas. La sordidez es un vínculo de unión entre el oscuro político barranquillero y el cuestionado empresario musical.
A finales de junio de 2024, la policía de la ciudad de Madrid encargada de cubrir el barrio Salamanca tuvo que atender una llamada urgente en la que se reportaba una escena de lo que, a la luz de las leyes españolas, se denomina violencia machista. De acuerdo con el reporte —cuyo original hoy reposa en el Juzgado Séptimo de Violencia contra la Mujer, calle Alabarracín 31, Madrid—, en la escena estaba Armando Benedetti, cuchillo en mano, destrozando las pertenencias de su esposa, Adelina Guerrero. La llamada fue realizada por una tercera persona que estaba presenciando los hechos.
La policía procedió a esposar al enajenado, arresto que no prosperó porque el agresor alegó gozar de inmunidad diplomática. Las autoridades madrileñas no comprendían la situación, pues Benedetti extendió su pasaporte, donde figuraba como embajador ante la FAO, con sede en Roma y no en la capital de España.
Una de las presentes en el episodio, viendo que el asunto podría tener consecuencias graves contra el entonces diplomático y hoy ministro petrista, estableció contacto con el embajador de Colombia en Madrid, Eduardo Ávila.
Ávila reaccionó con rapidez y logró que Benedetti fuera liberado. No obstante, el asunto quedó registrado y los testimonios recabados, motivo por el cual la investigación continúa en el mencionado juzgado madrileño.
El episodio de violencia contra la mujer en el que incurrió Benedetti retoma vigencia por múltiples razones. Hace poco, la fiscalía petrista —esa que maneja con guantes de seda las investigaciones contra los integrantes del narcorégimen colombiano— anunció que evalúa imputarle cargos a Benedetti por los hechos ocurridos en España.
Pero también porque se han conocido las verdaderas razones por las que el socio de fechorías de Benedetti, el turbio promotor musical Ricardo Leyva, estaba tan “triste” por su ruptura sentimental.
Su exesposa, Karen Santos, ha narrado con lujo de detalles cómo sufrió las peores agresiones físicas por parte de ese salvaje que, según ella, estuvo a punto de matarla con un puñal. La víctima exhibió pruebas fílmicas que fueron acompañadas por un testimonio estremecedor.
Sin lugar a dudas, esa señora es una sobreviviente de Ricardo Leyva. Si ella no hubiera emprendido la huida, seguramente hoy estaría muerta.
Sintéticamente, puede afirmarse que Armando Benedetti y Ricardo Leyva son almas gemelas: comparten el gusto por los negocios turbios, son bebedores y consumidores imparables de sustancias y, para cerrar con broche de oro, son unos cobardes miserables que desahogan sus emociones y frustraciones agarrando a trompadas y amenazando con cuchillo a sus mujeres.
¿Dónde está la justicia colombiana? ¿Qué está esperando la fiscalía para ponerle coto a las andanzas de ese par de sujetos?
@IrreverentesCol
Publicado: diciembre 1 de 2025