Caminando en la mañana, hablaba con mi conciencia y me preguntaba ¿por qué estoy presentando mi nombre como candidato al Senado de la República? Y me respondí.
Si un hombre como yo, que desde pequeño vivió en un inquilinato en el centro de la ciudad de Bogotá, donde las consecuencias de la vida llevaron a su madre a desprenderse de mí, para que yo viviera y saliera adelante, entregándome a mis abuelos paternos, los mismos que me recibieron en el seno de una familia con muy bajos recursos y me formaron como persona basándose en su fe católica, la honradez, el respeto por la sociedad y el firme propósito de salir adelante dentro de las posibilidades que la vida nos brindaba.
Desde pequeño, dice mi hermana mayor “jugaba a ser soldado” y la trayectoria de mi primera fase académica en la escuela pública y los Scouts de Colombia, demostraban mi férrea intención de ser militar, y luego se me da la oportunidad de hacer realidad mi sueño al ingresar al Ejército de Colombia en la carrera de oficial, logrando trabajar 30 años y alcanzando el grado de Coronel hasta el año 2016.
Consciente que nadie podrá contarme la historia violenta entre 1985 y 2021 simplemente por qué la viví de cerca, desde antes de ingresar a la vida militar con los antecedentes del Palacio de Justicia por parte del M19 y la catástrofe de Armero, pasando por masacres, atentados contra poblaciones, secuestro, boleteo, voladura de oleoductos y torres de energía, retenes ilegales y un terrorismo marcado que mantiene con temor a la población.
Además de connotar con preocupación de la experiencia vivida en Antioquia, con el tema del cartel de Medellín que me permite comprender como hemos pasado de productores a consumidores y mantenemos el deshonroso primer puesto mundial como productores de drogas y observar cómo la corrupción invadió todos los espacios de la administración pública y privada.
Considero entonces, que en esta tercera etapa de mi vida, la misión del ser superior en el que creo, es continuar trabajando por la sociedad en la cual nací y a la que he tratado de servir con respeto de la mejor manera desde mi infancia, considerando que apenas he instalado las bases de una misión de vida y en la cual ahora debo construir el edificio democrático.
Es por ello, que las gestiones actuales de presentarme ante los colombianos con el grupo significativo de ciudadanos denominado, Partido Nacional Colombiano PNC para pretender un espacio en el poder legislativo como senador es la continuidad a esa democracia participativa.
Sin embargo, me encuentro preocupado por los pasos que estoy transitando camino al Senado y debo presentarme al desnudo frente a ustedes, porque no soy millonario para comprar votos y proyectar una campaña que asusta por los montos de dinero que dicen toca invertir para lograr los votos, un poco angustiado porque mis nombres y apellidos no son de abolengos y tradición como Uribe, Santos, Duque, Galán, Valencia o revolucionarios que dejaron huellas terroristas como Petro, Zúñiga, Catatumbo, Sandino o Barreras y peor aún como el de Bolívar que esté por la coalición de la Decencia y es un indecente, por los cuales votan año tras año y no dan oportunidad a apellidos como el mío.
Solo puedo presentarme ante el país, acudiendo a la experiencia vivida en 31 de los 32 departamentos, con una formación profesional enfocada en la seguridad y la defensa, con la misma vocación que tuve desde niño y con la convicción de que el país atraviesa momentos difíciles y necesita recuperar la dignidad de la nación, basándose en la integridad del Estado y con un alto sentido de humanismo bajo los criterios de honestidad y responsabilidad haciendo gala al buen eslogan de Libertad y Orden.
Mis planteamientos si logro la curul entre otros, estarán basados en la supervisión del funcionamiento del poder público, alertar sobre el mal gasto del erario, representar decentemente a los colombianos y ser incisivo en apoyar sus necesidades bajo el concepto de la democracia participativa, educándolos para que transiten de ciudadanos a ciudadanos de estado, acercándome lo más que pueda al territorio, defendiendo la seguridad como bastión del desarrollo y luchando al máximo por retornar a la tranquilidad, saliendo del temor en que vivimos, eso sin dejar de lado la importante gestión en lo internacional para que el país sea visto como un proyecto de primer orden, solo espero que quienes lean hasta el final este artículo, me den su primer apoyo compartiéndolo con la mayor cantidad de colombianos y entendiendo por qué pongo en consideración mi nombre para ser el senador de los colombianos.
“El camino puede ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” (Soy Ciudadano)
Carlos Enrique Martínez Caballero, https://carlosmtzcr.blogspot.com/2021/08/camino-al-senado-al-desnudo.html, 14/08/2021