Comenzamos esta crónica semanal sobre Hispanoamérica, la región compuesta por países hermanados en la Hispanidad (que tienen en común su fe cristiana, su cultura y su lengua y cuya patrona es la Virgen del Pilar), en Colombia, para defender el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, que es uno de los principios no negociables establecidos por el Papa Benedicto XVI para una acción política basada en el humanismo cristiano.

 

En ese país, la eutanasia no es legal y ha habido hasta 17 intentos de aprobarla, el último,  el pasado 26 de marzo de 2025.

Pero, según el congresista colombiano Luis Miguel López Aristizábal, el ejecutivo izquierdista de Gustavo Petro pretende ahora reglamentar esta práctica por medio de una resolución del Ministerio de Salud, recoge Aciprensa. 

 

“Si el Gobierno quiere legalizar todo esto, que venga al Congreso a dar el debate. Pero no más trampas por debajo de cuerda”. “¿Para qué sirve entonces este Congreso, si se pretende legalizar la muerte de nuestros niños sin discusión democrática?”, subrayó el congresista.

 

Además, López Aristizábal denunció que esta iniciativa legalizaría la eutanasia en menores de edad, incluso con discapacidad intelectual, para los casos de sufrimiento psicológico o lesiones tratables. Por el contrario, él aboga por reforzar los cuidados paliativos. Y recuerda que el artículo 11 de la Constitución estipula que “el derecho a la vida es inviolable” y que el artículo 106 del Código Penal tipifica el homicidio por piedad. 

 

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Nos vamos a Perú, país donde se ubica la ciudad de Cuzco, y en la que han encontrado refugio cientos de migrantes venezolanos que huyen de la dictadura y de sus consecuencias en el país, como la pobreza, recoge Infocatólica de Vatican News. 

 

Esos migrantes reciben ayuda de la asociación cristiana «Apurimac ETS» —basada en el carisma espiritual de la Orden de San Agustín—, una entidad sin ánimo de lucro que recibe financiación desde Italia, concretamente de la Oficina del Primer Ministro de Italia y del programa italiano del «8×1000».

 

Entre otras ayudas, esta iniciativa proporciona, por ejemplo, acceso a la sanidad así como alimentos para paliar la desnutrición, sobre todo para las mujeres embarazadas así como a las madres y sus hijos. También ofrecen acompañamiento espiritual. 

 

Marta, una de las responsables de este programa, explica que en su trabajo se apoyan en la elección de un Papa agustino, como León XIV: «Es cierto, nos da esperanza e impulsa nuestro trabajo con energía renovada y optimismo».

 

 
La presidenta mexicana ultraizquierdista Claudia Sheinbaum

 

En México, tanto el Gobierno del anterior presidente, el ultraizquierdista Andrés Manuel López Obrador (que ejerció entre 2018 y 2024) como el de su sucesora y actual presidenta, Claudia Sheinbaum, han fracasado en sus políticas para combatir el crimen organizado, muchas veces vinculado a las narcobandas. 

 

López Obrador y Sheinbaum son partidarios de aplicar la política de “abrazos, no balazos” contra los delincuentes, un buenismo que aprovechan estos para campar a sus anchas y cometer todo tipo de delitos.

 

El último episodio de esta violencia irracional ocurrió en Guanajato, cuando una banda armada atacó a un grupo de personas que se encontraban celebrando la festividad de San Juan, matando a 12 de ellas y provocando heridas a otras 20.  

Este es el momento:

Ante este suceso, la Iglesia Católica ha vuelto a realizar un llamamiento “a quienes perturban la paz y siembran terror en nuestras calles que escuchen el llamado de Dios a la conversión, que depongan sus acciones destructivas y busquen la reconciliación y el amor al prójimo, como nos enseña Jesús, nuestro Salvador”.

 

A las autoridades, les exhortaron a actuar “con diligencia y justicia, asegurando que los responsables de este crimen sean llevados ante la ley, para que la verdad prevalezca y la impunidad no encuentre lugar en nuestra sociedad”, recoge Aciprensa. 

 

Y a las familias y amigos de los fallecidos extendieron un “abrazo, oración y cercanía”, al tiempo que pidieron que  “la Paz de Cristo llene nuestros corazones para que seamos portadores y constructores de Paz desde nuestras personas y familias”.