El nuevo Gobierno de Bolivia, encabezado por el presidente Rodrigo Paz Pereira, ha anunciado que en los próximos días se producirá el regreso al país de la agencia estadounidense de Administración de Control de Drogas (DEA), tras 17 años de ausencia.
«El presidente, nuevamente, va a salir en un comunicado al país, para informar estos detalles y dar cada una de las necesidades que se van a manejar en torno al retorno de la DEA, fechas y los trabajos en torno a la agenda internacional», ha dicho al respecto este lunes Carla Faval, vocera de la presidencia de Bolivia.
La acción se enmarca en la política de acercamiento del naciente Gobierno boliviano a la Administración Trump, que se ha mostrado especialmente interesada en desbaratar los circuitos económicos generados por el narcotráfico en Iberoamérica, dando pie incluso a despliegues militares en el Caribe que se han saldado con la muerte de más de 80 terroristas que tripulaban lanchas cargadas de narcóticos.
La salida de la DEA de Bolivia se produjo en el marco del Gobierno de Evo Morales, quien señaló en su momento a la agencia como agente de «estigmatización» de los cultivadores de hoja de coca. Esto para Morales revestía especial importancia, al haber iniciado su andadura política como líder cocalero en la región de Cochabamba.
Incluso el exmandatario izquierdista llegó a expulsar en 2008 a Philip Goldberg, el embajador norteamericano que para entonces se encontraba destacado en La Paz, arguyendo en aquella oportunidad que el funcionario estadounidense era parte de una conspiración para derrocarle.
Nehomar Hernández | Caracas