Nada más frágil que la libertad cuando la acecha un redentor de mirada altiva y verbo inflamado y comportamiento soberbio. A lo largo de los siglos, los pueblos han sucumbido ante el hechizo de hombres que prometen salvar las naciones y en cambio las someten a la fuerza. Así ha sido siempre. El miedo es el alimento predilecto del poder cuando falta la razón.La Barca de Calderón – El edicto del Calígula.
El despotismo
El déspota se impone con promesas: tierra para el campesino, justicia para el olvidado, dignidad para el marginado, salud para el enfermo. Pero detrás del ropaje del benefactor se esconde el artesano del control, el devorador de instituciones, el que alza la voz por el pueblo mientras pisa su aliento y lo amenaza.
Nerón
Así, entre aplausos y consignas, Gustavo Petro se ha venido pareciendo más al Nerón de la historia que al libertador que prometía ser. Mientras Roma se incendiaba por dentro, él entonaba su arpa alegre. Petro cree que sus discursos son una melodía de lucha eterna, como si cada día fuera todavía campaña, y cada adversario, un enemigo de la patria.
CALÍGULA
Como Calígula, desprecia los equilibrios, la mesura, el diálogo. El Senado se convierte en comparsa, las leyes en capricho, y la Constitución, en estorbo. Si el derecho estorba, se amenaza con una Constituyente. Si el Congreso duda, se lo intimida con la calle. Y si la verdad tropieza en la prensa, se le tilda de enemiga del pueblo.
Mil astillas
La democracia no muere de un solo tajo, sino por mil astillas. Y en Colombia, el deterioro democrático se disfraza de reforma social, de causa noble, de discurso paternalista que reparte culpas y disfraza errores. Lo que antes se debatía con argumentos, hoy se impone con gritos. Lo que antes se respetaba, hoy se pisotea.
Los escándalos
Los escándalos no son accidentes, son el espejo de un proyecto de poder que se sacude la legalidad como si fuera un estorbo de los vencidos. Los manejos turbios en la financiación de su campaña, revelados por el CNE, y los dineros oscuros que circularon para comprar votos en el Congreso, no son “calumnias de la oposición”, sino capítulos centrales de una historia en la que la ética quedó relegada a un eslogan vacío.
El péndulo
El país, entre tanto, oscila en el péndulo de la incertidumbre y la ruina. Unos se pelean por el hueso del poder; otros mendigan justicia en medio del ruido. Los pensionados ven sus derechos menguar porque les desconoce sus derechos adquiridos, los necesitados reciben promesas en cuotas, y el ciudadano común, desorientado y exhausto, asiste al espectáculo de un país que camina hacia el abismo.
Los vicios
No se puede gobernar una nación con resentimientos ni con vicios. El poder no es un palacio personal, sino un mandato transitorio. Pero Petro ha hecho de su presidencia un púlpito de verdades únicas, donde toda disidencia es traición y toda crítica, conspiración.
¡¿Cuál grandilocuencia?!
Se jacta de encarnar al pueblo con discursos grandilocuentes y temas imposibles. Y cuando los días de gloria se apaguen, solo quedará el eco del caudillo que quiso ser historia, pero será recordado como tirano.
La resistencia
Hoy, más que nunca, el deber del ciudadano es resistir con decencia. No con odio, sino con coraje. No con furia, sino con claridad moral. Colombia no se salva a gritos ni con decretos amenazantes, se salva con instituciones fuertes, con leyes justas y con hombres que no se arrodillen ante el poder, por muy envalentonado que este pretenda parecer.
A cerrar filas
Es el momento de cerrar filas contra este equilibrista del odio y la destrucción de la solidaridad y el amor si queremos persistir como país democrático y libre.
24/06/2025 | Por: William Calderón Zuluaga . .
https://lalinternaazul2.wordpress.com/2025/06/24/la-barca-de-calderon-el-edicto-del-caligula/