Claudia Sheinbaum, la peligrosa majadera que inauguró su mandato como presidente de México con una ceremonia de la danza del fuego y una bruja invocadora de espíritus, esto es, con indigenismo satánico, llenará la Casa de México de Madrid de piezas del México pre-colombino, una exposición artística, si ustedes me entienden, que bajo el manto estético oculta una de las más feroces matanzas de aquella terrible América precolombina y una de las tiranías más horrorosas de la historia: la azteca. Una entre muchas en el México-prehispano, de acuerdo, pero en cualquier caso, una de las más más homicidas de todas.

 

Sin embargo, según Sheinbaum, fueron los españoles quienes abusaron de los nativos. Fíjense si abusarían que todas las víctimas de las tiranías pre-hispánicas apoyaron a Hernán Cortes en su lucha contra Moctezuma. De otra forma, cuatro gatos llegados desde el otro lado del Océano no podrían haber vencido al mayor poder de la era precolombina en todo el hemisferio.

 

Con la leyenda negra renacida urge releer al historiador argentino Marcelo Gullo, que encima es divertido

 

Pero doña Claudia, cuya expresión ida me recuerda la de aquellos sacerdotes satánicos que describe el magnífico Mel Gibson en su película dedicada al descubrimiento de América, Apocalypto, está reviviendo la leyenda negra de España desde el indigenismo, que no es la doctrina del buen salvaje sino muestra de la adoración de la Bestia que denuncia en distintas etapas y formas, la Biblia. El indigenismo es la adoración del mal y exagera, hasta la náusea, las más completa inversión de valores. Constituye la primera muestra histórica de la Blasfemia contra el Espíritu Santo, donde lo malo es bueno y lo bueno es malo, la verdad es la mentira y la mentira es la verdad, lo bello es lo feo y lo feo es lo bello.

 

12 de octubre de 2025: la leyenda negra renace en forma de indigenismo… que es aún más bestia que la leyenda negra. Es hora de que los españoles nos sintamos orgullosos de lo que hicieron nuestros ancestros en Hispanoamérica: formidable al 99%: Nada por lo que pedir perdón.