Como van las cosas se corre hoy el riesgo de repetir el resultado electoral del 2022. Unos partidos anarquizados, burocratizados, asentados en el clientelismo y el abordaje al presupuesto nacional para hacer negocios y recibir contratos.

Dos congresos gremiales paralelos con posiciones diametralmente opuestas frente al Gobierno Nacional. El de Fenalco, oposición abierta, con expositores antipetristas. El de Fasecolda, congestionado de funcionarios petristas. ¿Muestra no solo de la polarización del país sino de la inexistencia de unidad en el frente gremial?

Esas dos posturas distantes dan pie para abrir más interrogantes sobre lo que vive hoy Colombia en este ambiente de pugnacidad e incertidumbre. ¿Llegaremos a elecciones libres? ¿Qué sucederá si el Gobierno toma el control de la Corte Constitucional? ¿Aprobará el Consejo Electoral la ponencia en la que se determine que la campaña presidencial violó los topes de financiación? Y de lograrlo, ¿la Comisión de Acusación de la Cámara asumirá el reto y la responsabilidad de investigarla?

Y siguen los interrogantes. ¿Cuándo recuperará Colombia aquellas regiones en donde la violencia impone la ley de la selva y no las que rigen en un Estado de derecho? ¿Qué grupos subversivos dejarán sus armas y se incorporarán a la sociedad con la narrativa de la Paz total? ¿Cuándo se robarán menos las arcas del Estado y se trabajará más honrada y eficientemente? ¿Hasta dónde llegará la desmotivación de un Ejército Nacional con las manos atadas, viendo impasible las purgas de altos oficiales, cómo asesinan a sus soldados y sin mística para enfrentar a los ilegales?

¿Habrá una clase dirigente con fuerza de convocatoria y liderazgo político, moral e intelectual, para reconstruir una República vivible? Después del 7 de agosto del 2026, ¿quién asumirá la Jefatura del Estado para unir la nación en propósitos comunes y comenzar a recuperar el tiempo perdido? ¿Con qué recursos humanos y financieros se va a reconstruir la economía y la imagen internacional? ¿Con cuales normas éticas se va a recomponer una sociedad resquebrajada?

Como van las cosas se corre hoy el riesgo de repetir el resultado electoral del 2022. Unos partidos anarquizados, burocratizados, asentados en el clientelismo y el abordaje al presupuesto nacional para hacer negocios y recibir contratos. Un hastío ciudadano por la forma como se hace política colombiana, llena de gamonales, de caudillitos, de compadrazgos que se mueven como pez en el agua en la feria de las prebendas. En las encuestas quienes figuran en el mosaico de aspirantes presidenciales aparecen con una imagen negativa muy superior a la positiva, lo que evidencia el repudio, o la indiferencia, además de la poca credibilidad en lo que el país político propone y representa. Los viejos caciques que en las encuestas figuran, sean de derecha, de izquierda, de centro, no convencen, ni despiertan entusiasmo, ni confianza alguna. El grado de escepticismo es inocultable. La democracia se va volviendo de papel.

Lo que pasó en las asambleas de Fenalco y Fasecolda es una muestra de la división nacional. La evidencia de que cada quien defiende sus propios intereses. Si no hay voluntad de unión entre las fuerzas políticas, económicas, sociales, para llegar a un Acuerdo Nacional, antípodas a las que hoy desordenadamente gobiernan el país, no se podrá levantar una nación sobre las ruinas que dejará este gobierno populista.

https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/alberto-velasquez-martinez-para-donde-vamos-JD25519213

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