Se buscan ciudadanos de Estado

Con el reciente hecho de Haití, se eleva pésimamente la imagen de los ciudadanos colombianos en el exterior y como siempre, no es gratuita esta situación; alejándome de los hechos y sin hacer conjeturas además del derecho al debido proceso y buen trato al que deben acceder nuestros con nacionales por parte de la justicia  de ese país, la situación no deja de ser muy lamentable.

Los narcos nos ubican en el deshonroso primer lugar del mundo, las guerrillas, el vandalismo y la violencia nos presenta como terroristas, la izquierda nos vende internacionalmente como un estado violador del DIH y ellos como los Robin Hood, las disidencias de las FARC y las cabezas del ELN entre Cuba y Venezuela como bárbaros y ahora, militares en retiro supuestamente como mercenarios en Haití, ¿será que no dimensionamos las consecuencias y el daño que se hace al país con estos hechos?

La corrupción al interior, como uno de los delitos que permea casi al 100% de la población nos deja muy mal parados en todo el territorio y cualquier extranjero que ingresa se da cuenta de nuestro comportamiento de manera fácil, tristemente ya se convirtió en uno de los vicios que nos caracteriza como sociedad peor que el alcoholismo, tabaquismo y drogadicción.

Por consiguiente, se busca a los ciudadanos colombianos capaces de convertirse en ciudadanos de estado, que defiendan el territorio, ayuden a la población y participen democráticamente del gobierno, donde su ejemplo los haga destacar al interior de la sociedad y que su espíritu nacionalista les permita de manera honrada, ser parte de la administración pública para devolvernos la dignidad como nación.

Colombia es un país rico por naturaleza, pero pobre por capricho, la indiferencia de sus habitantes que no ejercen muchas veces ni conocen sus derechos constitucionales, dejan todo en mano de los elegidos de turno confiando ciegamente en su actuar y olvidando el derecho a la democracia participativa, herramienta para coadyuvar en las decisiones de todo aquello que de una u otra manera los afectará, dejando al vaivén de las posibilidades la importante decisión de la integridad ciudadana.

Por su parte la humanidad, esa que pierde a cada instante sus valores y principios sociales, se deja permear por lo banal y efímero, creyendo erróneamente que de manera violenta, maleducada, distraída y poco ética, será respetada por las consecuencias de su indiferencia.

Si queremos hacer gala de las palabras Libertad y Orden, debemos encontrar a ciudadanos comunes y corrientes que deseen convertirse en ciudadanos de estado, esos mismos que deberán comprometerse con una decisión de cambio, buscando que el interés individual se convierte en colectivo y conduciendo al individualismo hacia el cooperativismo, lógicamente entendiendo la administración del estado  basado en el sentimiento patrio y la irrestricta vocación de servicio.

“El camino puede ser difícil, pero con su ayuda lo podemos lograr” (Soy Ciudadano)

Coronel (R) Carlos Enrique Martínez Caballero
Miembro del Comité Político del Partido Nacional Colombiano (PNC), partido en proceso de aprobación legal
julio 24, 2021

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