Una agente israelí encubierta que se infiltró en la flotilla de Gaza con una cámara oculta ha desvelado que la misión, presentada como humanitaria, estaba financiada por Hamás y los Hermanos Musulmanes y no transportaba ayuda para los palestinos.
Según recoge OkDiario, la infiltrada, que fingió ser una joven voluntaria interesada en colaborar con grupos de derechos humanos, consiguió integrarse en el equipo organizador de la flotilla y asistir a varias reuniones secretas en Jordania y en la Universidad de Berkeley (California). Durante meses grabó a los promotores de la expedición, quienes reconocen ante la cámara que su verdadero objetivo era propagandístico y no solidario.
Las imágenes, difundidas por la televisión israelí y compartidas por la organización ACOM —dedicada a fortalecer las relaciones entre España e Israel y combatir el antisemitismo—, revelan además conexiones financieras directas entre los responsables del viaje y las redes internacionales de Hamás. Según ACOM, «la investigación pone al descubierto las agendas políticas y religiosas escondidas tras el discurso de los derechos humanos».
La propia agente llegó a embarcarse en una de las naves, constatando que los barcos iban prácticamente vacíos. «No había apenas material humanitario», recoge su testimonio, que respalda lo denunciado días atrás por un soldado israelí que grabó en vídeo la bodega del barco donde viajaba Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona, junto a la activista sueca Greta Thunberg y la conocida figura apodada «Barbie Gaza». En la grabación se observa el interior casi desierto, y el militar ironiza: «Falta algo… toda esa ayuda que prometieron».
Las autoridades israelíes sostienen que la flotilla fue organizada con el apoyo logístico y financiero de grupos vinculados al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). El general de brigada Effie Defrin, portavoz del Ejército israelí, aseguró en rueda de prensa que «tenemos pruebas sólidas de que representantes de Hamás en Europa impulsaron este proyecto», señalando que quienes lo respaldan «en realidad están apoyando a los autores de la masacre del 7 de octubre».
En la misma línea, el portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel, Eden Bar Tal, acusó a los organizadores de buscar «provocaciones políticas, no la entrega de ayuda humanitaria».