Daniel Quintero llegó a la Alcaldía de Medellín, la capital más uribista del país, porque justamente Álvaro Uribe, se equivocó apoyando para ese delicado cargo a un candidato muy flojo como era el hijo de Luis Alfredo Ramos. Y se lo barrieron.
El mismo error había cometido el expresidente cuatro años atrás al apoyar a su candidato Vélez, y no a Federico Gutiérrez que, buscó sin éxito su apoyo y fue quien finalmente ganó.
Tengo presente dos videos de Quintero que me dejan muy claro que no es un alcalde independiente sino un mamerto.
El primero, está encapuchado en la U. Nacional, promoviendo marchas; el segundo, anunciando que votará sin la menor duda por Gustavo Petro.
La renuncia masiva de todos los miembros de la Junta Directiva de EPM, motivada por una gravísima e inconsulta decisión del alcalde Quintero, es un hecho sin precedentes en la historia de EPM.
Acometer una demanda contra diseñadores, constructores, interventores y aseguradores por US $ 9.9 billones, es un salto al vacío tan peligroso para EPM, como de altísima posibilidad de que ese absurdo pleito, paralice la terminación de Hidroituango y en ese caso ponga en crisis las finanzas de EPM, y la seguridad energética del país.
Es tan sorpresiva, irresponsable y peligrosa esta decisión de Quintero, que el Sindicato de EPM, pidió ayer en un comunicado la renuncia del gerente Rendón.
Estaba casi listo el pago por parte de la aseguradora, de una suma parecida a los $ 3.5 billones por el accidente de la obra, y con esa torpe decisión del alcalde, naturalmente todo esto se cae al suelo en espera de un largo, costoso, improductivo y altamente peligroso pleito.
El malestar de la Junta Directiva de EPM, integrada por personas de la mejor calidad y experiencia técnica, societaria y empresarial, es tan cierto, que están hoy muy alterados los tenedores de los bonos, las entidades crediticias y las calificadoras de riesgo.
Quintero desde que llegó a la Alcaldía, anda en la tarea de cambiar o modificar el objeto social de EPM, sin una explicación seria que lo justifique. Llegó también haciendo cambios bruscos y amañados en la nómina, para meter allí, gente de su ideología política.
Esto para EPM, es muy peligroso porque es el deterioro de su calidad técnica y rompe la trayectoria de estabilidad laboral que era uno de los emblemas de la Empresa.
No tuvieron el alcalde Quintero y su gerente Rendón, siquiera la delicadeza de consultar esa descomunal decisión con el Gobernador de Antioquia, que posee el 51% de las acciones de Hidroituango. Qué horror.
Las explicaciones que le escucho al gerente Rendon son tan babosas como poco creíbles. Estos mamertos no se formaron para gerenciar, sino para destruir.
EPM es la mejor y más grande Empresa Pública del país y una de las más grandes de Latinoamérica. La trayectoria de manejo corporativo donde se integran lo público y lo privado ha sido siempre lo mejor que tienen los Paisas para mostrar. Hasta ahora.
Una renuncia de estas proporciones no coge de sorpresa a un tipo tan inteligente y calculador cómo el alcalde Quintero. El la prefabricó y preparó con su gerente Rendón las explicaciones y justificaciones para enfrentar a la prensa y a la opinión publica. Y de seguro ya tiene integrada su nueva junta de bolsillo.
Pero ese salto al vacío no solo pone en crisis y grave peligro la terminación de Hidroituango, que ya va por encima del 90% y debería entrar a generar energía en 2022, sino que pone en peligrosa crisis toda la estructura crediticia de EPM, generando desconfianza y preocupación en Bancos y tenedores de papeles, y la calificación crediticia que sin duda se va a deteriorar, haciendo más caros los recursos del crédito para EPM.
Lo más grave es que este es el pleito más costoso que conozca el país y su duración puede ser tan larga como dañina. ¡Mejor dicho, Quintero, alcalde de izquierda, en pocos meses descarriló EPM! ¡Los mamertos no gerencian, destruyen!
Ahí tienen la prueba.
Alvaro Ramírez González, alragonz@yahoo.es, Periódico Debate, 13/08/2020
