Basta ya de tanto abuso Sra. Alcaldesa López

Sin siquiera llegar a un año de ejercicio como alcaldesa de Bogotá, ya son demasiadas las actuaciones reprochables que la muestran como una gobernante que sólo piensa y actúa por la ideología que la distingue y no por el bienestar de los ciudadanos residentes en la ciudad capital que es a quienes debe gobernar por igual.

Ya cuando en diciembre cumpla un año al frente de la alcaldía, será de inmediato el comienzo por los contradictores como el punto de partida del inicio de la revocatoria al mandato, posibilidad que puede llegar a conseguir ese resultado que se ve más cercano si en un repaso rápido de algunas controvertibles decisiones, se muestra y demuestra el talante arbitrario, impositivo de la gobernante local que, como siempre, con teatral habilidad se erige con su dedo acusador en culpar a los demás de sus crasos errores, en particular de señalar al gobierno nacional como causante de ellos.

Las páginas de una columna no alcanzan para registrar tanto desacierto, por lo que solo se analizarán una pocas. De las más cuestionables actuaciones desde el inicio se marcó su clara pretensión de maniatar e impedir que el Esmad cumpliera con su labor constitucional. Al inaugurarse como burgomaestre de la capital adoptó medidas que dejo saber pretendían facilitar la protesta ciudadana, pero que realmente enfilaron sus baterías a limitar el accionar del Esmad y al final para dificultar el accionar de la policía nacional. El denominado protocolo que adoptó quedó claro que su finalidad principal fue cercenar herramientas con las cuales la policía actuaba contra los desadaptados vándalos que afectaban y destruían bienes en la ciudad y desde luego, con esas dotaciones protegían su humanidad

Quiso después en febrero cambiar el color marca y distintivo Rojo de los buses de Transmilenio por distinguirlos con unos colores multicolores dizque para reflejar el “estándar de emisión”, que se entendió rápidamente como pretender respaldar  a los seguidores y defensores de los movimientos LGTBI; como no le fue bien en esa pretendía actuación que ocasionaba serio perjuicio a las finanzas de la ciudad, optaron aún sin decidirse, proponer  pintar de amarillo los buses Euro V con filtro y Euro VI, y los de “cero emisiones” serían de color verde fluorescente; es decir, los que son a gas o eventualmente los eléctricos. Es claro que pretende adueñarse con los recursos provenientes de los impuestos de los ciudadanos explorar una manipulación a la agenda proyectada ambientalista.

En el mes de marzo a tres meses de su gestión precipitó el encierro de los ciudadanos con ocasión del Covid 19 en aquel fallido simulacro de aislamiento que terminó en desbandada vehicular de paseo a regiones cercanas de Bogotá convirtiéndose por cuenta de absurda medida en un transmisor a regiones aledañas a Bogotá de peligroso virus. Las posturas por el manejo del aeropuerto Internacional del Dorado son francamente bipolares, de la postura inicial a la ahora final.

Cuando los movimientos de la izquierda en todo momento exigen de consultas ciudadanas y que quieren ahora posicionar con el tratado de Escazú, hacer renunciar a la soberanía nuestra, se produce, aprovechándose del obligado aislamiento decretado por el gobierno nacional, el monumental “asaltó” a los ciudadanos propietarios de vehículos automotores que transitamos por las vías de la ciudad quien pagamos costosos impuestos, gravámenes y valorizaciones, incluyendo en particular el de rodamiento, al cercenar en las principales vías capitalinas, de un tajo, mejor de un plumazo, un completo carril en la Carrera 11, Calle 13, Carrera 7ª, Carrera 50 entre otras y ya se anuncia la carrera 15 al norte de la ciudad.

No hay derecho, que los ciudadanos trabajadores que se movilizan en su automóvil a su lugar de trabajo, so pretexto de protección de contribuir con el medio ambiente e incrementar el uso de la bicicleta, sean vulnerados sus derechos en la forma abusiva como se hizo de impedirles el uso de un esencial carril necesario y fundamental para la movilización. No es solo abuso es un completo atropello a los ciudadanos que ya en el caso de la Avenida Jiménez acusa gravedad inmensa y tiene desesperados a sus vecinos que le silbaron y protestaron enérgicamente, eso no pinta nada bien. La justicia debe enmendar tamaño despropósito. Ya al momento de escribir estas líneas se apresta un grupo de ciudadanos y organizaciones a impulsar una acción popular para restablecer el uso de las vías y exigir de la mandataria que responda, incluso con su propio pecunio.

La notoria diferencia en el trato a los visitantes de la minga que sin importar la exposición y expansión del virus les albergo en la ciudad, exponiendo por completo al residente y en particular a los vecinos del centro de los deportes donde les diera refugio y alojamiento, muy distinto al acompañamiento que les niega a otros actores de la sociedad que les negara los permisos para trabajar en la capital como no les fue permitido a los campesinos de Boyacá, vender la producción de papa.

Alejada por completo de combatir la escandalosa y miedosa inseguridad, jamás vista en los actuales niveles, procede actuar la Sra. Claudia López con declaraciones inapropiadas, incendiarias que en vez de tratar de rescatar la seguridad que urgen los ciudadanos, producen todo lo contrario, esto es, la incrementan e incentivan por efectos de su declaración xenofóbica en contra de los ciudadanos venezolanos que migraron huyendo del genocidio que vive el vecino país causado por el tirano gobernante Maduro, que los llevó a buscar su sustento y comida en esta latitudes.

Fue tan grave esta declaración discriminatoria que la organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex) la declaró el jueves de esta semana, persona “non grata”, quien reclamó también del gobierno que trate de impedir que esas manifestaciones tengan repercusiones violentas como seguro va acontecer o ya ha ocurrido.

Desconociendo que en épocas de escasez, que imponen gasto mesurado, contrata a dedo amplia publicidad para buscar mejorar su imagen que lo hizo dejando dizque saber que era para prevención del Covid 19 cuando se demostró que lo fue en cuantía de 6.000 millones para pauta digital, como en su momento lo denunció el concejal Emel Rojas.

En medio de la expansión de Covid 19 demostró habilidad para culpar y a su vez, tratar de hacerse con las victorias del gobierno, vino a respaldar impulsar un adefesio, como es un día sin carne, cuando lo elemental es que fuera lo contrario. Impulsar una campaña para que se dé un día con carne para millones de ciudadanos que no pueden tener en sus comidas esencial proteína. Los mal denominados animalistas que de animales tienen mucho, pero de humanidad poco se han dado a la tarea de imponer sus creencias contrarias a cientos de años de historia que demuestran que la carne, por la proteína que tiene, es esencial y crucial en el desarrollo humano.

Sus nimios resultados en la cercanía de cumplirse un año hacen que su gestión la utilice más como una plataforma electoral, con alianzas extrañas con otrora contradictores, como acontece con el ex gobernador de Cundinamarca Jorge Rey, otrora cuestionado por ella por un cuestionado manejo de volteo de tierras que la hace ver como si estuviese en campaña futura presidencial para pretender aspirar a dirigir la nación, que en ocuparse de la grave problemática que acusa la ciudad de Bogotá, D.C. en estado de completa gravedad, desmoronándose por todas partes por la inseguridad galopante, el desempleo creciente, la informalidad en aumento, la economía al borde de la quiebra, el odio y lucha de clases en aumento que imponen que el buen gobernante que reclama la ciudad, encuentre en la unidad y trabajo en equipo de todos los sectores la respuesta al difícil y crucial momento.

Bernardo Henao Jaramillo, La Otra Cara, 15/11/2020


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