Soy una persona bastante selectiva en cuanto a socializar, ya que me rehúso a gastar mi tiempo libre con personas que son activa o pasivamente hostiles al bien, la verdad, la justicia y la belleza; sin embargo, por razones personales recientemente tuve que gastar varias horas de mi tiempo con un grupo diverso de personas, entre las cuales se encontraba una millennial de aproximadamente 27 años de edad.
Esta mujer era el estereotipo de aquella generación: malcriada por sus padres, feminista empoderada, educada (adoctrinada) en una de las mejores universidades del país (en realidad, un campo de lavado de cerebro marxista para jóvenes de clase alta), consumidora recreativa de drogas, que pasa horas y horas frente a Netflix, cuya música favorita es el jazz, con tatuajes/piercings, etc.
Como ella hay miles exactamente iguales, pero hubo un detalle que llamo poderosamente mi atención, y me motivo a escribir estas reflexiones. En cierto momento la conversación giró al tema político, específicamente de las próximas elecciones en Colombia. Por supuesto, yo señalé el peligro de una toma del poder político por parte del candidato comunista Gustavo Petro, y empecé a dar una verdadera clase magistral sobre los mas de 100 millones de muertos que carga encima esa ideología política.
En ese momento la cara de la millennial cambió. Empezó a mostrar ansiedad y se negó a aceptar la verdad de lo que decía, llamándome “facho” y tildando de propaganda “facha” todos los hechos que salían de mi boca. Hechos que la más básica búsqueda en Google puede comprobar, y que incluso Wikipedia, la enciclopedia online de mentiras, reconoce como ciertos. A continuación, dicha mujer hizo un show frente a todos los presentes, persuadiéndoles de cambiar el tema de la conversación.
Esta mujer es el perfecto ejemplo de lo que son los hombres y mujeres menores de 35 años en todo el hemisferio occidental. Estos jóvenes fueron criados por unos padres pusilánimes, que no les inculcaron los verdaderos valores del bien, la verdad y la belleza. Crecieron siendo “educados” en colegios de clase alta, en donde se les empezó a inculcar el relativismo, el marxismo, y la falta de responsabilidad personal. Fueron a universidades donde en lugar de aprender Aristóteles, aprendieron Marx y de Beauvoir. Consumen drogas recreativas que literalmente les pudren el cerebro. Pasan su tiempo libre frente a Netflix, siendo adoctrinados en marxismo cultural. A la hora de participar en el juego democrático, siempre votaran el candidato más a la izquierda del espectro político.
Esta generación es la que tiene al país al borde del abismo. Esta generación son la gran mayoría de votantes de Petro. Esta generación es la perfecta máquina de propaganda petrista, forzando de manera caprichosa conversaciones de adultos a favor de su adoctrinamiento. Esta es la generación de los cerebros lavados y planchados.
¿Hay excepciones? Puede que las haya, pero no las conozco.
José Francisco Garcia M., 17/05/202