Por Luis Granados Morales.
El gobierno, consciente del problema, lo maneja con mano blanda e ingenuidad, como si el país estuviese en paz, el sector de extrema izquierda de la iglesia, la prensa procomunista y sus asesores santistas, le aconsejan no reprimir a los terroristas, sino dialogar con ellos.
La verdad cruda es que estamos en guerra declarada por los bandidos y la extrema izquierda a nuestro estado de derecho y bajo feroz ataque terrorista en las ciudades, gracias a la estafa de la paz engañosa y “podrida” de “judas” santos, alias comandante Santiago.
Estafa de “paz” falsa que fortaleció y estimuló a los bandidos, a tal punto que están convencidos de que en Colombia “el crimen si paga”. Cali, Bogotá, Medellín, Popayán, Bucaramanga, Barranquilla y todas las demás ciudades, han sido en algún grado atacadas, semidestruidas y vandalizadas.
Los destrozos de cada noche se siguen cometiendo con el mismo sangriento y tenebroso libreto de atacar a la ciudadanía y a la policía maniatada e indefensa.
El plan del comunismo internacional se viene cumpliendo según los lineamientos del terrorismo castrista, madurista, y la financiación del narcotráfico, con la aplicación de las normas criminales de la “revolución molecular disipada”.
Esta diabólica fórmula comunista consiste en que pequeños grupos de bandidos (los encapuchados), como las avispas, ataquen con cocteles Molotov, papas bomba y armas cortas en muchos sitios a la vez, y de noche.
Así, pueden consumar sus crímenes sin que la fuerza pública pueda reaccionar con eficacia y a tiempo y si el gobierno paralizado en la trampa de los diálogos de paz, no les ordena hacerlo, mucho menos podrán actuar con prontitud y contundencia
La idea de los bandidos es destruir los bienes públicos que tienen que ver con el gobierno, la seguridad, la justicia, la fiscalía y los privados que son los pilares de la economía del país para arruinarlo y ponerlo “patas arriba”. ¡¡así como suena!! por eso están poniendo la bandera nacional al revés.
Por ello atacan bancos, cajeros, grandes supermercados, servicios y cadenas de alimentos, medicinas y suministros. así, pretenden que el pueblo sitiado, acorralado, hambriento, angustiado y presa de furia, salga, derroque al gobierno legítimo y destruya las instituciones democráticas y las ponga al servicio del narcoterrorismo comunista y de izquierda totalitaria.
Entretanto, en una realidad tragicómica, el señor presidente y su consejera de DD.HH. claman por el levantamiento de bloqueos, en vez de levantarlos directamente y actuar con contundencia para reprimir a los narcoterroristas y restablecer el orden.
Titulares de la prensa y la televisión en el fin de semana, que estremecen, sobre el despiadado ataque terrorista a Colombia: incendian URI y sede de medicina legal en Popayán. Incinerados bancos y otras oficinas públicas, roban 15 fusiles, en total 51 armas de la fiscalía y la incendian en Popayán.
Incendian y destruyen sede de Alcaldía en Jamundí.
Así le pagan al alcalde entretenido en diálogos de paz con los bandidos.
Continúan bloqueos y peajes ilegales en Cali y el valle del Cauca.
Paralizadas las principales troncales del país como la línea, la vía panamericana y la vía a Buenaventura.
Portal Américas en Bogotá en el ojo del huracán.
Asaltada por terroristas mesa de negociación de paz del alcalde en Cali.
Disturbios y destrucción vandálica nocturna en barranquilla y Bucaramanga. Destruidos bancos y comercios.
El tribunal de Nariño prohíbe la erradicación manual de la coca en el departamento para favorecer al narcotráfico.
La meta-comunicación: el orden público está turbado y el país no se halla en paz. Es indispensable que el señor presidente de la república cumpla con su primera función constitucional y asuma la dirección de las operaciones de “prevención y acción”, para restablecer la normalidad en todo el territorio nacional.
Otros titulares:
El ministro de trabajo y el consejero de paz dicen “estar listos” y piden a los dirigentes del paro el favor de sentarse a la mesa de negociación.
El presidente pide levantamiento de bloqueos que “son violentos en sí mismos”.
La consejera de derechos humanos de la presidencia clama y suplica (a los bandidos) levantar los bloqueos.
La met -comunicación:
El gobierno espera que los bandidos, en una supuesta bondad y amor a Colombia que no tienen, decidan por sí mismos cesar la violencia y el ataque al pueblo, lo cual, lógicamente, no ocurrirá. son subversivos, violentos, maleantes y delinquiendo, “se hallan en su salsa”.
El derecho a la “protesta sagrada” es herramienta subversiva.
La malvada estrategia de los terroristas urbanos: desfilar en paz de día y organizar disturbios y atacar con violencia incendiaria y destructiva de noche.
La meta-comunicación:
El gobierno debe proteger a los que desfilan en paz, pero con el uso de la fuerza legítima del Estado, reprimir a los milicianos urbanos del narcoterrorismo y proteger al pueblo y a los ciudadanos de los delitos destructivos y sanguinarios de los violentos.
El ejército moviliza 1.095.186 toneladas de basura de incendios y destrucción.
870 policías lesionados en los disturbios de dos semanas de paro y asonada.
La meta-comunicación:
Las FF.AA. están dedicadas a labores sociales y no de defensa del pueblo y los ciudadanos, tal como “las adoctrinó” “Judas Santos”.
Conclusión: el gobierno debe abandonar su ingenua creencia de que Colombia se halla en paz y de que la solución a los problemas está en el diálogo con los bandidos. Debe pasar de su actitud defensiva a una posición ofensiva contra los delincuentes urbanos y rurales, reprimirlos sin contemplación, reducirlos a la impotencia con la acción decidida y firme de las fuerzas de seguridad del Estado y llevarlos a la cárcel. Defender la Nación del ataque y demostrar que en Colombia si existe autoridad, “luz en la poterna y guardián en la heredad”.
Clavo 1: el Contralor General de la Nación, (santista), reportó el “crítico estado financiero del transporte público” por culpa de la “pandemia” y de los “problemas de movilidad”. No aclaró que la “pandemia” es la “petrista” y tampoco habló de que sus simpatizantes santistas, petristas y farianos, los milicianos urbanos del narcoterrorismo, destruyeron en dos semanas más de cuatrocientos cincuenta buses, cientos de estaciones en todo el país, incendiaron decenas de “CAIS”, y que esa es la causa directa de la quiebra. Tampoco informa del monto del costo de la reconstrucción del sistema masivo de transporte urbano, que alcanzará un par de billones de pesos, costo que asumiremos los colombianos pacíficos que pagamos impuestos.
Clavo 2: la verdad es a veces amarga y duele, pero es la única que nos mantendrá libres del esclavismo totalitario comunista.
La Linterna Azul, 06/06/2021
–
Acompáñanos a derrotar la izquierda castro-chavista, rescatar el plebiscito que nos fue robado,
erradicar el narcotráfico y reformar a fondo la Justicia,
afiliándote ya a www.alianzareconstruccioncolombia.org