El inútil intento de una paz negociada en Colombia

 

No ha terminado de arrancar el 2025 y desde ya los colombianos estamos preguntándonos qué fue lo que pasó en el Catatumbo, que de un momento a otro las Farc y el ELN empezaron a matarse, dejando en medio de este conflicto a una población civil desprotegida, temerosa y cansada de que nuevamente la violencia toque a sus puertas.

Entonces surge la pregunta: ¿Qué está haciendo el Gobierno Nacional? ¿Qué pasó con la famosa “paz total”? ¿No iba a acabar Petro con el ELN en tres meses? ¿Por qué tanta complacencia con el terrorismo? ¿Nos devolvimos a 1998?

Para comprender la violencia en Colombia, debemos separar los factores de los actores. Entre los factores encontramos algunos como la pobreza, la pobreza extrema, y el poco tejido social, entre otros, pero los más importantes son las rentas criminales, de las cuales, los renglones que dejan más regalías son el narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal.

El ecosistema de las economías ilegales en el país es sumamente complejo y además gozan de un dólar por las nubes y de un socio muy poderoso: la dictadura de Venezuela y el Cartel de los Soles. ¿Qué ha hecho el Gobierno Nacional para frenar los factores de violencia? Pues según el informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito del año pasado (2024), los cultivos ilícitos tuvieron un crecimiento del 10% durante el último año (2023), además de una producción desbordada.

Hay que anotar que desde que inició el proceso de “paz” con las Farc en 2012, la producción de cocaína en Colombia ha subido exponencialmente, por lo que alguien, de cuyo nombre no me acuerdo, en su momento dijo que esas negociaciones “eran el lavadero de droga más grande que existiera”, y estoy por creer eso.

Ahora veamos los actores: los de siempre, es decir, las Farc (que no han desaparecido, aunque algunos intenten maquillar la verdad), el ELN y el Clan del Golfo (Paramilitares).

Frente a este punto hay que anotar que todos estos GAO (Grupos Armados Organizados) han tenido un crecimiento en sus filas. Por ejemplo, el Clan del Golfo pasó de tener cerca de 4.000 integrantes en 2019 a 9.000 a finales del 2024; el ELN pasó de 3.000 miembros a 4.500; y las Farc pasaron de tener 2.300 personas a 4.000. Ahora bien, resulta que estos grupos terroristas hoy se encuentran en cerca del 71% de los municipios del país, según la Defensoría del Pueblo (ver link: https://www.infobae.com/colombia/2024/12/11/defensoria-del-pueblo-alerta-porque-el-71-de-los-municipios-colombianos-estan-amenazados-por-grupos-armados/).

El Gobierno Petro llegó en 2022 con la propuesta de sentarse con cada uno de estos grupos criminales (y otros más) para negociar la llamada “Paz Total”, pero esta “voluntad de paz” ha sido burlada por estos GAO para crecer en número de integrantes y expansión en el territorio colombiano. ¿Por qué? La respuesta es evidente: por las rentas criminales.

Las rentas criminales dejan ganancias exorbitantes, mientras que la economía en manos de Petro va de capa caída; solo falta ver los salarios de hambre que se ofrecen hoy en el mercado laboral para entender que nadie que haya gozado de las mieles de la riqueza ilícita va a pasar necesidades dentro de la legalidad.

Por eso no importa el actor que sea, ya que mientras existan rentas criminales y otros factores de violencia, siempre va a haber GAO que se vestirán de cualquier ideología para justificar la explotación de la economía ilegal.

En ese sentido, el solo hecho de sentarse a negociar con los actores sin eliminar los factores, es un intento inútil más que quijotesco, dándonos como única opción viable el uso legítimo de la fuerza del Estado, el fortalecimiento de las instituciones militares y policiales, y un sistema judicial con la convicción de castigar severamente a quienes incurran en estos delitos.

Pero flaco favor le hace Petro a Colombia al sentarse a negociar con estos GAO sin condiciones, promoviendo ceses de fuego unilaterales, otorgándole estatus político a estos narcotraficantes, acuartelando a los soldados y policías para que no actúen y, finalmente, legitimando una dictadura que se lucra del narcotráfico en Colombia y tiene como principal socio al ELN.

Presidente Petro, deje de estar mirando para Palestina para intentar desviar la atención de lo que ocurre en Colombia. En vez de eso, mire al Cauca, a Tumaco, al Bajo Cauca Antioqueño, al Magdalena Medio, al Catatumbo… deje la verborrea cósmica para querer aparentar ser un ilustrado y póngase a trabajar, trabajar y trabajar, que el país no necesita un twittero de tiempo completo sino un Jefe de Estado que piense en la población y no en los bandidos.

21/01/2025 | Por: César Augusto Betancourt Restrepo | @c88caesar

https://lalinternaazul2.wordpress.com/2025/01/21/el-inutil-intento-de-una-paz-negociada-en-colombia/

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