El chavismo concretó el mayor fraude de la historia del mundo, haciendo perder al candidato opositor Edmundo González Urrutia a pesar de que los bocas de urna lo daban con casi 70 puntos.
El dictador sanguinario Nicolás Maduro se volvió a robar una elección en Venezuela, luego de cometer un fraude de entre 2 y 3 puntos contra Hernán Capriles en 2013, y luego de presentarse sin oposición en 2018, tras encerrar a decenas de candidatos.
Los bocas de urna indicaban que Edmundo González Urrutia ganaría con el 65% de los votos, números que respaldó la prestigiosa Edinson Research. Además, la red de fiscales de la oposición, que escrutaron prácticamente la totalidad de las mesas en el país, arrojó una victoria de Edmundo por el 66,6% de los votos.
Las fotos de las actas en las que la oposición ganaba por 500, 800 o 1000 votos empezaron a esperanzar al pueblo venezolano. Pero sería una esperanza vacía.
Alrededor de las 21 horas de Argentina, se frenó el centro de cómputos, echaron a los veedores internacionales, y unas horas después se actualizó la página del Consejo Electoral de Venezuela (CNE), mostrando como ganador de las elecciones presidenciales a Nicolás Maduro con el 51,2%.
El anuncio generó estupor, ante lo que se preveía como una cómoda victoria del postulante de la coalición opositora, con al menos 30 puntos porcentuales de diferencia por sobre el chavista.
El presidente del organismo contralor de los sufragios, Elvis Amoroso, señaló que los resultados eran presentados con el 80% de los votos, pero que tenían ya una tendencia “irreversible”. El primer balance reportó una participación del 59% de la ciudadanía en el acto eleccionario, algo que se cree que también es falso, dado que los boca de urna calcularon una participación en torno al 80%.
De inmediato, voces internacionales comenzaron a denunciar otro accionar del régimen para perpetuarse en el poder. El propio presidente argentino, Javier Milei, denunció el fraude electoral y le reclamó a Maduro que acepte los resultados, pero sin éxito.
“Los venezolanos eligieron terminar con la dictadura comunista de Nicolás Maduro. Los datos anuncian una victoria aplastante de la oposición y el mundo aguarda que reconozca la derrota luego de años de socialismo, miseria, decadencia y muerte. Argentina no va a reconocer otro fraude, y espera que las Fuerzas Armadas esta vez defiendan la democracia y la voluntad popular. La Libertad Avanza en Latinoamérica“, aseguró en el tweet.
En el reporte, que se dio seis horas después del cierre de las mesas, Amoroso precisó que Maduro obtuvo 5.140.092 de votos, mientras el opositor González Urrutia 4,45 millones de sufragios. La red de fiscales había reportado 8,45 millones de votos para Edmundo.
Tras el histórico robo, la líder opositora María Corina Machado, a quien Maduro no le dejó competir, declaró a Edmundo como el “legítimo ganador de las elecciones” y aseguró que es el presidente-electo, una situación similar a la disputa presidencial entre Maduro y Juan Guaidó, entre 2019 y 2023.