Resulta que la fuente que le informó a Petro sobre el supuesto plan para asesinarlo es el polémico pastor Alfredo Saade, reconocido de autos por sus falacias, sindicaciones temerarias, agresiones y fantasías.

Según el presidente colombiano, Saade le notificó sobre el imaginario atentado que se perfeccionaría con un envenenamiento. Hace poco había dicho que la información había emanado de la embajada de los Estados Unidos en Bogotá.

Si hay un calificativo preciso para definir a Saade, es el de mamarracho. Según la RAE, ese término se utiliza para referirse a una “persona estrafalaria o ridícula”.

Saade ha dicho que “era necesario que el país entienda (sic) la grave situación que atraviesa el señor presidente de la República y lógicamente nosotros no podíamos quedarnos callados. Sabíamos de ese entramado que tenían y por eso le anuncié al presidente de la República en mis últimas visitas al palacio. Le di detalles, detalles bien claros de lo que había sucedido, cómo había sucedido, quién me lo había dicho y cómo me abordaron en ese momento para tocar el tema. Y un tema que me parece excesivamente delicado que en los medios de comunicación tradicionales han querido minimizar”.

Ese sujeto, que se presenta como predicador de una secta, es un extremista que ha pedido el cierre de medios de comunicación y el bloqueo de la red social X en Colombia. En múltiples oportunidades ha dicho ser objeto de amenazas de muerte, demandando la asignación de vehículos blindados y esquemas de seguridad robustos.

Saade es el mismo que ha sindicado a los partidos de oposición de ser “una fábrica de delincuentes”, llegando al extremo de invitar al exterminio de los militantes del Centro Democrático a quienes les asigna la calidad de “plaga”.

Alfredo Saade es al petrismo, lo que al chavismo-madurismo es Diosdado Cabello. Un desaforado, irresponsable, mentiroso, violento y evidentemente desequilibrado. El venezolano tiene mucho poder, mientras que el colombiano es, al decir popular, un lagarto ávido de reconocimiento, y a la espera de que le tiren algún hueso con el que pueda entretenerse.

Ninguna credibilidad merece el pastorcito mentiroso que como precandidato presidencial sacó 20 mil miserables votos, cuando participó en la consulta de la extrema izquierda en la que Petro se alzó con la victoria.

La seguridad e integridad del presidente de la República es un asunto de extrema importancia. Las alarmas deben encenderse cuando hay informaciones ciertas, y no como consecuencia de informes que emanan de personas evidentemente atormentadas como es el caso de Alfredo Saade. La vida de Petro claro que puede estar en riesgo, pero como consecuencia del consumo desaforado de sustancias alucinógenas.

Lo cierto es que habría un mayor nivel de certeza sobre el supuesto plan criminal contra Petro, si la fuente de información hubiera sido el brujo amazónico.

@IrreverentesCol

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