Por cuenta de las constantes violaciones a la ley y la Constitución, como por la jerga demagógica, el gobierno, arropado en el cuento de la paz total, lanza cortinas de humo para intentar opacar el ataque demoledor contra la democracia. Las relaciones con el Congreso se han convertido en una descarada burla a la separación de poderes, por lo que su Cristo pagano consigue doblegar la voluntad de los representantes del pueblo, que días antes habían empatado, con un voto invalido de más.
Cristo es un experimentado político y mediante persuasivas negociaciones con los representantes del pueblo obtiene que salga elegido el magistrado Miguel Polo Rosero, que pese a su apellido no es del Polo. Entre otras cosas, hasta donde le conocen sus colegas, es un abogado capaz e independiente. Veremos hasta dónde llega su independencia o su compromiso con el Régimen. La opinión pública seguirá sus fallos uno a uno y si se tuerce su sapiencia jurídica, sufrirá el consiguiente castigo del rechazo popular y la investigación judicial.
La talentosa abogada Claudia Dangond, por su integridad, reunía meritorias calidades para poder ejercer la magistratura con imparcialidad, responsabilidad, sagacidad jurídica y brillo. Incluso hasta sería una garantía al mismo gobierno por su reconocida formación jurídica y respeto a la ley. Y el gobernante que levanta la bandera del M-19 y condecora a sus agentes, pese a que incendiaron el Palacio de Justicia y provocaron la muerte de varios magistrados en el curso de la refriega, debería ser más cauteloso con la rama judicial. Y también, respetuoso. En nada contribuye a la respetabilidad que se le debe a la magistratura, insultar a los magistrados que investigan los ingresos clandestinos a su campaña.
Y esa opinión en defensa de la magistratura imparcial de los funcionarios judiciales en todas las escalas, del respeto que les debe la sociedad, así como desprecia a los que venden su conciencia y ofenden la confianza nacional en las instituciones, obedece a la sencilla razón de comprometernos en esa noble tarea de Resistencia Civil contra los que pretenden pisotear las bases mismas del sistema democrático.
Son tantas y tan frecuentes las agresiones del Régimen contra la democracia, la división de poderes, la seguridad nacional, las empresas del Estado, las bases mismas del sistema y la riqueza nacional, que nos vemos obligados a ejercer el derecho a la Resistencia Civil. Por cuanto la política no está en el Capitolio, donde se da el triste espectáculo de un Cristo que tuerce la voluntad de los representantes del pueblo. La política depende hoy de la suma de ciudadanos que espontánea y libremente defiendan, mediante la Resistencia Civil, la democracia. Ese es un compromiso que heredamos de la antigua Grecia, fundamento de la democracia mundial.
La Resistencia Civil cobra mayor importancia cuando al observar nuestro entorno encontramos que no somos la democracia de Atenas, sino que el Estado está siendo horadado por los mismo que ayer intentaron apoderarse del gobierno al negociar las cabezas de los magistrados, que no se entregaron por cuanto el estamento militar impidió la claudicación oficial. Fuera de eso, en un gesto noble e ingenuo, los soldados entregan el poder que detentaron por horas tras el sangriento episodio del Palacio de Justicia. En consecuencia, el valiente general que salvó la democracia está hoy preso y los asaltantes libres.
La Resistencia Civil debe reconocer que el 70% de nuestro territorio en lo estratégico está en manos de los subversivos, violentos, criminales y elementos fuera de la ley de toda laya. Peligrosa situación que no se compara con la de ningún otro país de la región.
La Resistencia Civil debe comenzar por apoyar a los jueces de carácter e ilustración, que sean insobornables, como deben ser varios de los que ejercen tan honrosa y delicada actividad en el país.
La Resistencia Civil, en cuanto interpreta la voluntad de la mayoría de ciudadanos que apuestan por la democracia, es la mayor arma para defenderla y luchar contra el despotismo y la demagogia.
La Resistencia Civil debe defenderse con ardor y constancia, como lo vienen haciendo algunos expertos, exministros y conocedores del tema a Ecopetrol. El petróleo es un bien estatal, por tanto, debe estar al servicio de los ciudadanos y ser explotado para impulsar el desarrollo y derrotar la miseria.
por Alberto Abello
25/11/2024
https://www.elnuevosiglo.com.co/columnistas/la-resistencia-civil-0