Este año el lema que escogieron las mujeres fue “Para TODAS las mujeres y niñas: Derechos, Igualdad y Empoderamiento”, y suele destacarse que la mujer tiene mayor capacidad de “poder cuidar”.
El pasado sábado 8 de marzo celebraba el mundo el Día Internacional de la Mujer, popularmente llamado 8M, fecha aprobada por Naciones Unidas en 1975, que tiene como objetivo fundamental tomar conciencia que por siglos en nuestra civilización occidental y muchas otras, hubo discriminación injusta con las mujeres, hoy el mundo lo reconoce y hace esfuerzos en todos los campos para que los prejuicios ancestrales que aún subsisten sean realmente eliminados y que consideremos como es lógico, que los sexos, si bien son diferentes, en capacidades, dignidad y derechos son iguales.
Este año el lema que escogieron las mujeres fue “Para TODAS las mujeres y niñas: Derechos, Igualdad y Empoderamiento”, y suele destacarse que la mujer tiene mayor capacidad de “poder cuidar”. Pero en contraste con estos principios y traicionando a sus congéneres, un grupo minoritario de mujeres en un acto vandálico e inexplicable, buena parte de ellas encapuchadas por la vergüenza que les debe dar hacer públicos estos actos, resolvió destruir todo a su paso, en una agresividad pocas veces vista, centrando su violencia, paradójicamente, en la imagen escultórica de una mujer desnuda e indefensa, que la convirtieron en la víctima de su propia intolerancia.
La escultura de Fernando Botero, “Mujer desnuda de pie” popularmente conocida como La Gorda, es nuestro mayor patrimonio en el espacio público que, según información del Instituto Municipal de Cultura y Turismo, entidad encargada de la preservación y cuidado de las obras de arte urbano, le costó a la ciudad en 2010, un millón trescientos cincuenta mil dólares (US 1.350.000.000) equivalentes hoy a cinco mil quinientos ochenta millones de pesos ( $ 5.580.000.000), sumando a la cifra anterior los seguros y las dos anteriores reparaciones por actos similares.
Por las fotos y videos que circulan en las redes, al menos cinco de las delincuentes son identificables y la fiscalía con una seria investigación puede localizar a varias más. Ojalá se tenga en cuenta el hecho que ya en un caso similar en Bogotá, a la señora Daneidy Barrera Rojas, conocida popularmente como Epa Colombia, la Corte Suprema de Justicia la obligó no sólo a pagar los daños causados a bienes públicos, sino a una condena de cárcel de 63 meses y 15 días.
No es la primera vez que la escultura ha sido foco de agresivos deterioros, obligando al municipio a repararla con los costos enormes que ello implica. Esa cifra, que el municipio debe hacer pública, deben cancelarla quienes la deterioraron. Los ciudadanos estaremos atentos a las definiciones de la fiscalía y de los jueces, para que esta vez sí haya justicia y no sigamos tolerando estos costosos desmanes.
Publicado por Antonio José Díaz Ardila
Miércoles 12 de marzo de 2025 – 12:02 AM
https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/2025/03/12/la-vandalizacion-de-una-celebracion/