¿Estaría Ud. dispuesto a sacrificar su tranquila vida por una vida de activismo, de lucha ardiente, metódica y pacífica, con tal de dejarle un mundo viable a sus hijos?
¡De esto dependerá el rumbo de la humanidad!
Presintiendo el irremediable fracaso universal del comunismo en conquistar lo fundamental, el corazón de los hombres, desde hace 50 años la siempre pequeña izquierda internacional se empeñó en infiltrar los cargos claves (jerarquía eclesiástica católica, los medios, la justicia, la educación, la ONU…), en destruir la familia y las buenas costumbres.
Y lo logró… en gran medida, hay que reconocerlo. Ojo, esto no implica que hayan dejado de ser ¡una pequeña, aunque apasionada, organizada e influyente minoría!
Lo anterior nos recuerda aquella constante de la historia: el rumbo de la humanidad suele ser definido por minorías radicales que, en la hora propicia, se apropian del poder a expensas de unas inmensas mayorías pasivas, aturdidas o anestesiadas.
Hoy, la izquierda radical transpira un inexplicable desespero. Es lo que se evidencia en el fraude sistemático, y desvergonzado, cometido durante las elecciones presidenciales norteamericanas gracias a la inaudita y abierta complicidad del cuarto poder: ciertos medios de comunicaciones y ciertas empresas Big Tech. Ola, es que les dio por censurar hasta los discursos del Presidente Trump.
Por estos días, y por todo el orbe, estas minorías infiltradas se abalanzan en enloquecida yihad ”por todo, ya y para siempre”, como instigaba el fracasado expresidente socialista de Francia François Mitterand.
¡Ruge histérica, por todo el mundo, la hiena anarco-socialista!
Para la muestra en Colombia, les dejo un botón: ¡la CPI se quita la máscara de imparcialidad ante los fatídicos Acuerdos Farc-Santos!
Juan Carlos Ariza Gómez, La Linterna Azul, 06/11/2020
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