
“He visto traición de quien más confiaba y lealtad de quien menos esperaba”.
Desde la aparición misma de la humanidad, los ejércitos han revestido especial importancia, en el sostenimiento de la política y de los estados. El primer ejército reconocido oficialmente, con entrenamiento, estrategias y tácticas militares, fue fundado por el rey Sargón de Akkad, del imperio Arcadio, en el siglo 2324 a.C. Sin embargo, los sumerios, le antecedieron en la formación de agrupaciones militares, que iban conformando poco a poco la constitución de ejércitos profesionales y organizados.
Desde ese entonces, los ejércitos han sido fundamentales en el proyecto político y preservación de sus estados e imperios, de reyes, monarcas, emperadores, presidentes y todos aquellos que han ejercido la dirección de los pueblos. En el caso del imperio Arcadio, el ejército fue el eje central para la unificación de Mesopotamia. Sus comandantes fueron llamados por el rey Sargón, el cual les ofreció todo el apoyo necesario para poder mantener su reinado hasta el año 2279 a.C., cuando perdió el apoyo de los comandantes militares, y surgió una insurrección generalizada que terminó acabando con su periodo como rey.
Desde entonces la humanidad, ha sido testigo de diversos eventos en el mundo, donde los ejércitos se han constituido en el eje central de los países, pasando por los imperios, de Alejandro Magno, el Romano, el Germano, el Otomano y otros, llegando posteriormente a los ejércitos europeos, norteamericano y asiáticos que conformaron “el eje” y otros que conformaron los ejércitos aliados, que participaron en la primera y segunda guerra mundial. En la actualidad, todos los ejércitos del mundo, incluyendo el ejército ciudadano de Suiza, son componentes vitales, en la gestión política, de los Estados, que conforman los países pertenecientes a los siete continentes del mundo.
Con la aparición del comunismo, como ideología a principios del siglo pasado, surgió entre sus estrategias de poder, mantener el brazo militar, a su favor como otro protagonista, en la construcción de la ideología comunista. Con relación a esta estratagema utilizada por el comunismo y posteriormente por toda la simbiosis que se ha tenido, como socialismo, izquierda y últimamente cómo progresismo, nos remontamos a los antecedentes del ejército rojo de China, que se convirtió en el ala militar del partido político comunista, entre 1928 y 1937, igual situación ocurrió con el ejército rojo de la Unión Soviética, que mantuvo un irrestricto apoyo al sistema comunista, incluso durante la segunda guerra mundial, cuando fue el artífice de la derrota del nazismo. En esos casos el tratamiento que los regímenes le dieron a sus fuerzas militares, estuvo rodeado de impresionantes estímulos, ascensos inesperados, propiedades, dinero, y tratamientos especiales con las familias de los mandos. Y cómo estás historias podríamos hacer referencia a muchas experiencias más, vividas en diferentes latitudes del orbe.
En el panorama latinoamericano, la estratagema utilizada por el antiguo comunismo, ha sido fundamental para regímenes tanto de derecha como de izquierda. Pero la acción del comunismo, ha sido un verdadero trabajo de la más fina orfebrería mental, frente a la doctrina existente en esas fuerzas militares. Tenemos que recordar, varios ejemplos, como el ocurrido con el ejército revolucionario de Cuba, el cual se constituyó a partir de 1960, como brazo armado de la revolución cubana, cuando sustituyó a partir de 1959, al tradicional ejército cubano. Este cambio de doctrina, se realizó de manera alterna con el estímulo económico y burocrático ofrecido por Fidel Castro.
En Nicaragua, el caso de la adopción de las fuerzas militares, por el régimen del ex guerrillero izquierdista Daniel Ortega, no ha sido la excepción. El gobierno sandinista ha entregado jugosos incrementos salariales, estímulos en lujosos viajes, apartamentos y casas, a los comandantes militares. Más de 184 lotes los cuales promedian el 42% de las expropiaciones que ha hecho el gobierno de Daniel Ortega, las cuales han ido a parar a las instituciones militares, casos diferentes a los ocurridos en los gobiernos de Violeta Barrios, Alemán o Bolaños, los cuales al ser antagonistas de Ortega, no tuvieron estas mismas actitudes. Un estudio internacional consultó con miembros del ejército nicaragüense, si todas esas propiedades eran distribuidas equitativamente en las fuerzas militares, y manifestaron que no era así, que la gran mayoría de estos recursos han sido dirigidos especialmente a los mandos militares.
En Venezuela, Hugo Chávez, después de asumir el mando de su país, realizó una minuciosa selección entre los militares leales a su causa, incluso algunos que ya no estaban activos en las filas y los colocó en cargos estratégicos, que le permitieran fortalecer su proyecto político. Dentro de las mismas fuerzas militares, organizó poderosas redes de contrainteligencia, que les permitían señalar aquellos militares no leales a Chávez, los cuales eran objeto de persecución, e incluso de desaparición.
Los estímulos económicos, ascensos inmediatos, la gigantesca suma de dinero entregada a los mandos militares, el poder por encima de la justicia venezolana, las propiedades y beneficios en el exterior para ellos y sus familias, fueron una constante. Inclusive cuando trataron de darle un golpe de estado a Chávez en el año 2002, fueron los militares leales a su causa los que a sangre y fuego lo devolvieron al poder. Esta estratagema criminal ha sido mantenida y fortalecida por Nicolás Maduro, heredero del régimen chavista y actual dictador de ese país.
Esos son algunos ejemplos del alcance que ha tenido el comunismo, la izquierda y el progresismo latinoamericano en esta parte del continente.
Como en el ajedrez, el juego está dirigido a la estabilización indeclinable, del régimen en el poder, a través de unos mandos militares leales a los regímenes, por encima de toda causa y consideración legal y patriótica. Los “reyes”, utilizan con astucia a sus fichas claves, entre ellas el alfil, qué es la única ficha que puede recorrer en diagonal todo el tablero, por eso su semejanza con el poder militar. Los peones son los subalternos directos de esos alfiles, que reciben la acción psicológica de sus jefes directos, convirtiéndolos en receptores, con un consentimiento voluntario o involuntario, de esta ideología progresista, la cual es dirigida con vehemencia hacia los cuerpos de tropa, así estos últimos no reciban todos los beneficios económicos, ascensos, premios y estímulos, que reciben los integrantes del alto mando.
Colombia actualmente, vive una época de profunda división, angustia y zozobra, el gobierno de izquierda, hoy en el poder, podría llegar a utilizar cualquiera de las estrategias antes tratadas, con el fin de anclarse en el poder. Sin embargo, el profesionalismo, la formación, la experiencia, la doctrina y todas las vivencias dolorosas, que los miembros de la institución han vivido a mano de los grupos terroristas de izquierda, seguramente serán un obstáculo muy consistente, si los políticos progresistas, insisten en utilizar estas sórdidas estratagemas.
Sin embargo, los colombianos debemos ser muy vigilantes, pues este tipo de acciones que ha desarrollado la izquierda, en otros países de América Latina, al principio fue poco notorio para la sociedad, y se consideraba esa posición de la izquierda, frente a su fuerzas militares, como un reconocimiento sincero, franco y veraz, al resultado de la labor de los militares y policías, en defensa de la institucionalidad. Sin embargo en los países ante relacionados, esa fuerzas autodenominadas como progresistas, no han respetado las normas, las leyes, el voto popular, ni la institucionalidad, sino que por el contrario se han dado a la tarea de reformar a su acomodo, todos los sistemas existentes y la estructura del Estado, desmantelando las otras ramas del poder, reemplazando por ejércitos privados, al constitucionalmente creado, y generando una gigantesca ola burocrática para cubrir, los principales y estratégicos cargos del gobierno, con sus propios simpatizantes, así estos adolezcan de la más mínima preparación, experiencia, formación y ética.
En este proceso de contaminación antidemocrática y delictiva, han caído, lamentablemente, las fuerzas de seguridad del estado, como los ejemplos anteriores, de lo ocurrido en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Estos antecedentes, pueden ser un campanazo de alerta para nuestro país… ojalá, no llegase a ocurrir, confiamos en nuestros militares, pero no en los autodenominados “progresistas”.
13/03/2025 | Por T. Coronel Gustavo Roa C. | Consultor en Sistemas de Gestión de Continuidad de los Negocios