Ante la reciente decisión de Claudía López de buscar homenajear al M-19 a través de un monumento para lo cual se gastarían alrededor de $5.000 millones de pesos, varios ciudadanos han alertado la situación recordando los más de 500 secuestros del M-19 documentados por el Centro de Memoria histórica.
En concreto, el Informe del Centro Nacional de Menoría Histórica “Una Sociedad Secuestrada”, detalla el alcance delincuencial del grupo terrorista M19, del que el candidato hizo parte de la plana mayor.
En consecuencia, el informe plantea con detalle, la industria del secuestro del paramilitarismo, el Cartel de Medellín, el M19, las FARC y el ELN, ubicando por encima de todos en su periodo de existencia, al grupo ilegal M19, con una suma que asciende a un total estimado de 557 secuestros, solo en el periodo de 1973 a 1988.
Textualmente, el pico de la actividad extorsiva del grupo terrorista M19, tuvo lugar entre los años de 1980 a 1985, destacándose entre las victimas el excandidato presidencial del Partido Conservador Álvaro Gómez Hurtado.
Conforme al informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, el M19 convirtió más que ningún otro grupo terrorista, al secuestro extorsivo como la principal fuente de financiación para dotación militar, logística, y de armamento.
Textualmente:
“El primero de los cinco periodos de análisis inicia en 1970 y finaliza en 1989. Allí se presenta la primera gran expansión de la violencia. Aparecieron los grupos guerrilleros, que se expandieron en un escenario de exclusión y disputa, y surgieron los grupos paramilitares. Este periodo representó los Inicios de la industria del secuestro, cuando este delito aún no era una amenaza real para el Estado colombiano ni para la sociedad en general”.
Imágenes y panfleto de autoría del secuestro y asesinato del sindicalista Jose Raquel Mercado por el M19
“Cuando apareció el secuestro como fenómeno al interior de la sociedad colombiana en las décadas de los años setenta y ochenta, se presentaban en promedio 113 casos al año. Ya para ese entonces la guerrilla se convirtió en el principal autor. En este periodo, esta actividad era perpetrada preponderantemente por el M-19, que en dicho momento histórico combinaba las motivaciones políticas y propagandísticas con fines económicos. Aunque el número de secuestros en esa época era inferior a lo observado en décadas posteriores, los secuestros de José Raquel Mercado, Presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia; Hugo Ferreira Neira, exministro de agricultura; y Álvaro Gómez Hurtado, dirigente y político conservador, causaron en su momento un profundo impacto entre la opinión pública.”
Conforme a la delicada documentación, la investigación detalla con crudeza, la forma en que el M19 sofistico el delito del secuestro a escala industrial, especializándose en el rapto de personas en áreas urbanas, y focalizando sus actividades criminales en Bogotá, Medellín y Cali. Adicionalmente, detalla las implicaciones extorsivas con que a través del secuestro, el M19 acorralo al entonces presidente de Colombia, Virgilio Barco Vargas, para que, como con las FARC, se procediera a establecer negociaciones de sometimiento al estado.
Pruebas de supervivencia de Alvaro Gomez, suministradas por el M19 horas posteriores a su secuestro
Según detalla el trascendental informe:
“El M – 19 tenía un accionar esencialmente urbano, lo que lo diferenciaba de las otras guerrillas, incursionó prontamente en el delito del secuestro y lo mantuvo como línea de acción hasta que entró en negociaciones con el gobierno del presidente Virgilio Barco, las cuales culminaron con su desmovilización en el año 1990. Para el periodo de Inicios (1970-1989), apareció como principal autor de este delito con 557 secuestros. La mayor cantidad se presentaron en 1980 y 1985, con 208 y 213, respectivamente.”
Ante la crudeza de los hechos, finalmente, el informe “Una Sociedad Secuestrada” del Centro Nacional de Menoría Histórica, detalla como el único grupo criminal que logro alcanzar, mas no superar al M19 en la capacidad extorsiva de la época, fue el Cartel de Medellín de Pablo Escobar, y particularmente la alianza narcotraficante entre los Carteles, denominada MAS. Concretamente, el MAS (Muerte a Secuestradores), identifico como grupo objetivo al M19, luego del secuestro de Marta Nieves Ochoa, hermana de miembros del Clan Ochoa del Cartel de Medellin.
Así, para la época, los mayores grupos con capacidad extorsiva y criminal fueron respectivamente el M19 y el Cartel de Medellín, posteriormente aliados en la operación que tuvo por objetivo robar y quemar expedientes judiciales de sus integrantes con el ataque al Palacio de Justicia. A pesar de ellos, durante el periodo de análisis comprendido en el compendio histórico del Centro Nacional de Memoria Historica, los 557 secuestros del M19 superan con creces la capacidad logística, criminal y extorsiva de las FARC, el Cartel de Medellín, el Cartel de Cali, el ELN y el EPL.