Por: Carlos Felipe Mejía Mejía
Ante la incredulidad y el asombro del mundo Nicolas Maduro se posesionó ante la Asamblea Nacional acompañado solamente de dos Jefes de Estado, Miguel Diaz-Canel heredero de la dictadura Castrista Cubana donde se parió hace 62 años el desastroso modelo comunista que luego fue exportado a sangre y fuego a todo el continente y Daniel Ortega que después de 20 años en el poder es una especie de emperador bananero al lado de su esposa Rocío Murillo, proclamada vicepresidente vitalicia y presidente vitalicia de la Rama Judicial, con la presencia de los embajadores de los gobiernos de Colombia, México y Brasil, dejando en evidencia su complicidad con el dictador Maduro.
Las reacciones no se hicieron esperar, los Estados Unidos subieron las recompensas hasta 65 millones de dólares por Maduro, Diosdado y Padrino López acusados de narco tráfico y terrorismo y sanciones a más de 2.000 miembros del gobierno y las Fuerzas Armadas, y se vendrán una serie de sanciones económicas en conjunto con la Unión Europea que incluirán seguramente un bloqueo al sector petrolero y a quienes tengan negocios con el régimen venezolano. Comunicados de gobiernos y reacciones sin ningún tipo de consecuencia práctica por parte de organismos multilaterales como la ONU y la OEA.
Ante este escenario varias reflexiones. ¿Tiene sentido mantener la Organización de Estados Americanos OEA creada en 1890 con el propósito de “asegurar la democracia y el bienestar económico y social de los Estados miembros”, cuando tenemos a Cuba, Nicaragua y Venezuela en la actual situación y el riesgo latente en países como Colombia, México, Brasil y Honduras de correr la misma suerte?.
¿Tiene sentido mantener la Organización de las Naciones Unidas ONU creada en 1945 al final de la segunda guerra mundial “para mantener la paz y la seguridad de las naciones’, cuando no reacciona ante el robo perpetrado ante los ojos del mundo de las elecciones en Venezuela y la usurpación del poder a través de un golpe de Estado?. ¿Tiene sentido mantener una Corte Penal Internacional que no ha hecho absolutamente nada por detener a un dictador asesino, narcotraficante y criminal como Maduro, al que le abrió proceso en 2021 por crímenes de lesa humanidad, desaparición forzada, detenciones arbitraria y torturas y actos de represión y asesinato de opositores?. Pues no , no tiene sentido, si no tienen la capacidad de defender la libertad de los pueblos y de enjuiciar a un dictador criminal como Maduro, NO SIRVEN PARA NADA.
Lo sucedido anima a algunos que como Petro que sueñan con perpetuarse en el poder. Basta revisar su historia criminal en el M-19 patrocinado por Cuba, su cercanía histórica con el Chavismo, la forma en que llegó al poder con dineros ilícitos y en alianza con la clase política más corrupta y su gobierno lleno de escándalos y saqueo a las instituciones, patrocinio del crimen, reformas socialistas, persecución de la iniciativa privada y falta de respeto por la prensa y la independencia de poderes, “un tirano en ciernes” como dice Abelardo De La Espriella.
Nadie nos va a ayudar a preservar la libertad, la democracia y el respeto por nuestras instituciones en 2026. Esta es una batalla que tenemos que librar los Colombianos con determinación. Queda poco más de un año para elegir congreso y nuevo presidente.
Tendremos que emplearnos a fondo para que tengamos elecciones libres y transparentes y que quienes lleguen al nuevo congreso no sean los mismos oportunistas que se hacen elegir con unas ideas y miles de millones y una vez en el poder solo se interesan por recuperar la multimillonaria inversión, llenar sus bolsillos y mantener copiosas estructuras de poder con burocracia y abuso de las instituciones y empresas del Estado, para repetir el ciclo en las regionales; y lo propio con el próximo presidente.
Elijamos un Presidente que respete la constitución y la ley y las haga respetar, que demuestre que tiene la capacidad de fortalecer la Fuerza Pública y regresarnos la seguridad, que reducirá el tamaño del Estado y gobernará con los más preparados, que perseguirá la corrupción sin contemplaciones, que promoverá la iniciativa privada y la explotación de nuestras riquezas y que pondrá a la familia como eje central de la sociedad para recobrar principios y valores, para la construcción de una sociedad más justa, prospera y consciente.
“P.D.” : Que la llegada de Trump al poder sea el inicio de una nueva era de libertad que sacuda al mundo y que el liderazgo propio de la mayor potencia de occidente fortalezca la democracia y se reformen unas organizaciones internacionales obsoletas que perdieron el rumbo en costosos entramados burocráticos y perversas ideologías Globalistas. Que el propósito anunciado por Trump y Marco Rubio nuevo Secretario de Estado, de detener la migración ilegal y el tráfico de drogas a los Estados Unidos, se traduzca en el apoyo al fortalecimiento de nuestras democracias como el mejor antídoto para contrarrestar esos males que son provocados precisamente por las tiranías socialistas, y que el primer paso sea pasar del discurso a la acción liderando una intervención internacional para hacer respetar el resultado electoral en Venezuela, como lo propone el presidente Álvaro Uribe.
Carlos Felipe Mejía Mejía
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