El conflicto ha continuado bajo otras denominaciones y con otros grupos, es cierto, pero hay un hilo conductor: El narcotráfico.
Si fuera por el tema de la paz que el presidente está buscando ampliar dos años su mandato -como lo ha dicho Iván Duque- lo que tendría que hacer Petro es lo contrario: Reducir su mandato. Ningún avance hemos tenido en el frente de la paz.
Inició su gobierno con la promesa de campaña de que, si era elegido, en tres meses se acababa el ELN. Pero se ha fortalecido. Los avances en la negociación son nulos. Y ya el presidente afirmó que ni con él ni con un gobierno siguiente, habrá paz con el ELN. Es una decepción para todos los colombianos.
Ha sido un proceso, con el ELN y todos los grupos, sin estrategia. Nadie sabe dónde empiezan o para donde van. Les dio vocería política a grupos criminales. La Fuerza Pública solo actúa cuando ya el problema es un incendio como ha ocurrido en el departamento del Cauca.
Por estos días se cumplen ocho años de los acuerdos entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc. La discusión sigue abierta, pero hay que poner las cosas en su lugar. En reciente entrevista de Humberto de la Calle en la red social Atemporal, dice lo que nos centra en lo esencial: Ese fue un acuerdo para acabar con las Farc, la guerrilla más antigua de América Latina, que uso el terrorismo, en el cual se desmovilizaron 13 mil combatientes y se entregaron las armas correspondientes.
El conflicto ha continuado bajo otras denominaciones y con otros grupos, es cierto, pero hay un hilo conductor: El narcotráfico. Mientras existan los millonarios recursos del negocio ilegal de la cocaína, una y otra vez estos grupos se van a reproducir. Es el tema en el cual no hemos logrado aterrizar el debate y las soluciones reales: regulación y legalización. Acabar con la prohibición que es lo que alimenta el conflicto en Colombia desde hace 5 décadas. Legalizar para manejar el problema como es, un asunto de salud pública y no de seguridad nacional. Legalizar para disminuir el consumo. Legalizar para que esos recursos salgan de la guerra.
No hay un solo candidato a la presidencia que hable de esto con profundidad y argumentos. Con los presidentes de la república sucede que mientras son mandatarios en ejercicio aplican la guerra contra las drogas, y una vez son expresidentes, se pasan a la otra orilla: defensores de la regulación y alguna modalidad de legalización.
Pero con las Farc ha pasado algo más: su liderazgo en el congreso y en la vida nacional no se ha sentido. Nadie puede decir sensatamente que con los acuerdos de paz se les entregó el país. No es cierto. Una vez finalicen este período en el congreso, será un desafío que consigan las curules en competencia democrática con votos ciudadanos.
La inseguridad, el terrorismo y el conflicto se ha extendido por todo el país a lo largo de los dos últimos años. Eso es lo real.
RICARDO SANTAMARIA
Analista
https://www.portafolio.co/opinion/analisis/opinion-portafolio-ninguna-paz-total-618244