El país se está descuadernando, y los tecnócratas serios y desapasionados, nos gritan a todo pulmón que el Pacto Histórico nos está llevando al desguazadero.
Déjenme presentarles estas cifras. Los grupos paramilitares han incrementado su presencia en el territorio nacional en un 84%; los terroristas del ELN en un 54%, mientras que sus pares de las disidencias de las FARC lo han hecho en un 141%. El Cauca, el Valle del Cauca, Chocó, Arauca, Nariño, los Santanderes y Putumayo son hoy lugares donde el Estado es casi inexistente. Reinan los hampones gracias a la complacencia de la ‘Paz Total’ y la mirada permisiva de la Casa de Nariño. Sigamos.
En los últimos años, hemos pasado de 10,6 denuncias de extorsión por cada 100.000 habitantes a 21,2. Si comparamos las extorsiones en los primeros seis meses de 2024 frente al mismo periodo de 2023, se dispararon en un 28,8%. Si hablamos de robos en ese mismo lapso, la cifra se ha incrementado en un 256%. En la más reciente encuesta de Invamer, el 85% de los encuestados dice sentirse inseguro.
Salgámonos ahora del capítulo de seguridad y vayámonos al de ventas. En el primer semestre de este año, las ventas de mipymes cayeron un 6,78%. La venta de carros, por su parte, se quedó en terreno negativo en el mismo periodo (-6%). En tanto, ad-portas de la reforma de servicios públicos que busca destrozar al sistema actual, el gerente de Isagén, Camilo Marulanda, dice que Colombia necesita una inversión de 30 billones de pesos para poder desatrasarnos de la oferta y seguirle el paso a la demanda.
Y aun así, el Gobierno desoye las advertencias de que vamos a un apagón y al desabastecimiento de gas y energía. No paremos aquí. En apenas dos años, la “impecable y maravillosa” gestión del Presidente nos ha permitido disfrutar de 37 ministros y 54 viceministros, entre ellos algunos que ejercen de sicarios de teclado, de periodistas. Y mientras, el mandatario ha viajado por el mundo como si no hubiera un mañana, al tiempo que ha volteado la vista al saqueo del erario y al presunto soborno de congresistas.
Pero nada de lo anterior es importante. Lo que nos interesa es hablar de un video en el que supuestamente Petro camina en Panamá de la mano de otro ser humano. Es la oposición que nos priva hacer, la que refleja lo mediocres y primates que somos. “Ay, no digas eso, Diego, hay que estar unidos”. Difícil lograr cualquier tipo de unión con semejante nivel tan elemental.
El país se está descuadernando, y los tecnócratas serios y desapasionados, nos están gritando a todo pulmón que el Pacto Histórico nos está llevando al desguazadero, pero nadie escucha. Es más relevante centrar nuestras energías en hablar de las inclinaciones eyaculatorias del presidente. Y así se nos pasan los días, hablando de lo que ellos quieren mientras el país se va al mismísimo carajo ante nuestra inerte mirada.
No obstante, aún creo berracamente en que encontraremos el camino para hacerle frente al cáncer petrista. Me niego a que seamos tan estúpidos.
4/07/2024 | Por Diego A. Santos | El Colombiano