Rosso José Serrano. Oscar Naranjo. Luis Ernesto Gilibert. Tres nombres que hicieron historia en la Policía Nacional. Dos de ellos fueron proclamados por sus colegas internacionales como los «mejores policías del mundo». Son tres generales retirados, exdirectores de la Policía Nacional, que están respaldando, con entusiasmo, el revolcón que pretende realizar Gustavo Petro en la institución policial.
Mientras que Rosso José Serrano fue director de la Policía durante el gobierno de Ernesto Samper Pizano, Oscar Naranjo ocupó la dirección durante los gobiernos de Uribe y Santos. Con este último forjó una cercanía especial, al punto de convertirse en su vicepresidente.
En cuanto a Luis Ernesto Gilibert, él es una figura emblemática en la revolución que Petro pretende en la institución, pues es nieto del fundador de la Policía, el militar francés Jean-Marie Marcelin Gilibert. Con ese antecedente, el nuevo gobierno podría darle una connotación positiva a una reforma controvertida, que genera una fuerte resistencia en un alto número de policías activos y retirados, pues sería útil, como propaganda, que el nieto del fundador respalde los cambios anunciados por el nuevo gobierno.
Es más: el general Gilibert apareció en varios medios de comunicación, aplaudiendo el nombramiento de Iván Velásquez en la cartera de Defensa, asegurando que los cambios que se avecinan son importantes para la institución, mientras elogiaba a Velásquez como el indicado para emprender las reformas.
No es extraño el maridaje entre la política y el generalato nacional. De hecho, dos de estos exdirectores trabajaron mancomunadamente con dos expresidentes que tienen un ascendente significativo en el gobierno de Petro. Según las fuentes consultadas por IFMNOTICIAS.COM, la influencia de Samper y de Santos en Serrano y Naranjo, fue determinante para conseguir su respaldo a la iniciativa petrista.
Como si fuera poco, recordó una de las fuentes, Serrano también obtuvo el favor de César Gaviria Trujillo, pues fue bajo su mando que se logró la liberación de Juan Carlos Gaviria, hermano del expresidente, secuestrado por el grupo narcoterrorista denominado Jorge Eliecer Gaitán. Ese trabajo policial le granjeó el respeto del expresidente, en ese entonces secretario general de la OEA, y puso a Serrano en un nivel importante de interlocución con Gaviria. Esa cercanía, anotan las fuentes, también explicaría el apoyo del exdirector de la Policía al revolcón petrista.
De igual forma, según las fuentes, hay otros exdirectores que están, a la sombra, impulsando el revolcón institucional. Aunque se abstuvieron de mencionar los nombres, IFMNOTICIAS.COM pudo establecer que la cercanía política de los generales con Gaviria o Samper o Santos, son los vínculos que han sido aprovechados por el petrismo, para convertir a los uniformados retirados, en promotores de la revolución policial.
¿Qué se pretende?
El respaldo de por lo menos tres exdirectores de la Policía a los cambios planteados por Gustavo Petro, buscan bajar el descontento y la desmoralización en las unidades policiales del país. Además, las declaraciones del general William Salamanca, prometiendo bienestar y ríos de leche y miel para los uniformados, apuntan a reducir la resistencia a la revolución policial y que se dé una transición sin traumatismos, desde el Ministerio de Defensa al Ministerio de Seguridad que pretende establecer Gustavo Petro.
Sin embargo, las voces en contra de la propuesta de Petro, no se han hecho esperar. Las fuentes consultadas por IFMNOTICIAS.COM indicaron al unísono, que la reforma convertirá a la Policía en una institución politizada, toda vez que los alcaldes fungirían como jefes de Policía, de acuerdo con la Ley 4 de 1991, que señala que «la Policía Nacional cumplirá con prontitud y diligencia las órdenes que le imparta el alcalde por conducto del respectivo comandante».
Así las cosas, según las fuentes, el actual gobierno buscaría extender esas facultades, convirtiendo a los alcaldes en los comandantes de la policía local, lo que haría que la institución pasara a ser una policía de bolsillo para el mandatario en ejercicio.
Lo anterior deformaría completamente la misión policial, en especial con alcaldes revanchistas y pendencieros como Daniel Quintero en Medellín. En ese orden de ideas, él podría enfocar las capacidades de inteligencia a combatir a sus opositores, haciendo pasar las medidas que tome como ajustadas a la ley.
Es tan delicado el asunto que, en su discurso inaugural, Petro tuvo que salir al paso y asegurar que «los cuerpos de inteligencia del Estado no perseguirán la oposición política, ni la prensa libre, ni el Poder Judicial, ni el que piensa ni la que piensa diferente».
No obstante, el cambio y el sometimiento de la Policía a los arbitrios de los mandatarios locales hacen pensar en escenarios de persecución contra los opositores y contra los medios de comunicación que se la juegan por desentrañar los ardides de los corruptos en el ámbito local.
Así las cosas, lo que apoyan los generales Serrano, Naranjo y Gilibert puede transformarse en la entrega de un enorme aparato armado de represión y persecución, al capricho de los corruptos en lo local y en lo regional. Al final, como remató una de las fuentes, los exdirectores solo están respondiendo a las instrucciones que dan sus padrinos políticos que los llevaron a portar las estrellas (los generales en la Policía no tienen soles) en sus uniformes.
IFM Noticias | 8-08-2022